A partir del 1 de enero de 2019 el salario mínimo (S.M.) aumentó de 88.36 a 102.68 pesos diarios. Para el Gobierno Federal, esta medida fue un paso importante para comenzar a recuperar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en México, fenómeno que se dio de manera importante entre 1976 y 2012. Sin embargo, subsiste le pregunta relevante, en el sentido de si este aumento mejoró el nivel de ingresos de la población ocupada en México. En esta entrega se presenta el análisis correspondiente utilizando información de la recientemente publicada Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI.
Cabe señalar que este análisis no toma en consideración que el salario mínimo en la zona libre de la frontera norte subió a 176.72 pesos. Esto porque no se cuenta con información respecto al tamaño de la población ocupada por niveles de ingreso en dicha zona.
De acuerdo con la ENOE, en el primer trimestre de 2019 había en México una población ocupada de 54.152 millones de personas, de las cuales 3.123 millones no recibe ingresos, 10.642 millones ganan hasta un S.M., 17.141 millones ganan más de 1 y hasta 2 S.M., 9.818 millones ganan más de 2 y hasta 3 S.M., 4.522 millones tienen un ingreso diario de más de 3 y hasta 5 S.M., 1.741 millones perciben más de 5 S.M., mientras que 7.161 millones no indicaron su nivel de ingreso y se les denomina “no especificado”. De entrada estos datos preocupan porque de los encuestados en la ENOE, solamente el 8.4% dice ganar entre 3 y 5 S.M., y apenas el 3.2% de los encuestados dice ganar más de 5 S.M. Si ignoramos a los “no especificados”, dichos porcentajes recalculados quedarían en 9.6% y 3.7% respectivamente, por lo que vemos que en nuestro país solamente el 11.6% de las personas ocupadas gana más de 308.04 pesos al día (9,364 pesos al mes equivalentes a unos 493 dólares). Estos datos también preocupan cuando se toma en consideración que en marzo de 2019 el número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue de 20.348 millones, cifra que representa el 39.01% de la población ocupada total.
En cuanto a la evolución del nivel de ingresos en México en el último año, tenemos que al comparar los datos del primer trimestre de 2019 respecto a los del mismo trimestre de 2018, el número de personas ocupadas aumentó en 1.275 millones, lo que representa un incremento de 2.4%. Si tomamos en consideración que entre marzo de 2018 y marzo de 2019 el número de trabajadores registrados en el IMSS aumentó en 562 mil personas, queda claro que un enorme porcentaje de quienes se incorporan al mercado laboral lo hacen a la economía informal.
El aumento de 2.4% en la población ocupada se debió a la combinación de los siguientes cambios (en paréntesis se indica el porcentaje de aumento o disminución de cada grupo): el número de personas ocupadas que no recibe ingresos aumentó en 158 mil (5.1%), el número de personas que ganan hasta un salario mínimo creció en 1.997 millones de personas (18.8%), los que ganan de 1 hasta 2 S.M. aumentaron en 1.887 millones de personas (11.0%), los que ganan de 2 hasta 3 S.M. crecieron en 64 mil personas (0.7%), los que ganan más de 3 y hasta 5 S.M. disminuyeron en 2.184 millones (-48.3%), los que ganan más de 5 S.M. decrecieron en 530 mil (-30.5%), mientras que los que no reportaron un nivel de ingresos (no especificados) disminuyeron en 116 mil personas (-1.6%).
De esta manera, la población ocupada pasó de percibir un ingreso promedio de 2.15 S.M. en el primer trimestre de 2018 a percibir 1.91 S.M. en el mismo trimestre de 2019. Como ya se señaló, el salario mínimo en el país pasó de 88.36 pesos a 102.68 pesos en el periodo antes señalado, lo que representa un aumento nominal del S.M. de 16.2%. De esta manera el salario promedio de la población ocupada pasó de 190.00 pesos en el primer trimestre de 2018 a 196.50 pesos en el mismo trimestre de 2019, lo que representa un aumento de apenas 3.4%. Si tomamos en consideración la inflación del periodo, la cual fue de 4.1%, entonces vemos que en el periodo señalado el ingreso promedio de la población ocupada en México cayó -0.7%. Lo que confirma que el aumentar el salario mínimo por decreto no ocasiona una mejoría del nivel de ingresos promedio de la población ocupada.
Sin embargo, la buena noticia es que la masa salarial en México continúa creciendo, en términos nominales y reales, dado que cada vez hay más gente trabajando en nuestro país. En términos nominales, la base salarial de México pasó de 10.047 miles de millones de pesos diarios en el primer trimestre de 2018 a 10.640 mmdp diarios en el primer trimestre de 2019, lo que implica un incremento de 5.9%. Sin embargo, al tomar en cuenta la inflación en el periodo, vemos que la masa salarial promedio diaria creció sólo 1.7%. Sin duda esto es lo que hace que la economía mexicana mantenga un cierto porcentaje de crecimiento inercial.
Queda claro entonces que el nivel de ingresos promedio de la población ocupada en México no sólo no ha aumentado en el último año, sino que presenta una ligera disminución. ¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?
Un primer aspecto a atender es impulsar el incremento de la productividad de la mano de obra. En la medida en que se pueda aumentar la relación de valor de la producción dividida entre la cantidad de trabajadores, los dueños del capital pueden pagar mayores salarios. Veamos un sencillo ejemplo para ilustrar esto: si un trabajador produce 5 pares de zapatos al día y cada par de zapatos se vende en 300 pesos (precio fábrica) este trabajador genera un ingreso diario a su empresa de 1,500 pesos. Si suponemos que de esos 300 pesos el 80% es costo de producción, entonces la contribución de este trabajador a las utilidades de la empresa es de 300 pesos diarios. Si este trabajador aumenta su producción diaria a 6 pares de zapatos al día, entonces su contribución a las utilidades de la empresa aumentaría a 360 pesos diarios. De esta manera, parte de los 60 adicionales que generó el trabajador podrían traducirse en un mayor salario sin ocasionar un incremento en los costos de producción por unidad.
El reto de aumentar la productividad no es sencillo, ya que implica inversiones en bienes de capital como maquinaria y equipo, lo cual no es barato. Además de que muchas de las empresas no tienen acceso a créditos a tasa de interés accesibles, por lo que les resulta muy complicado poder adquirir la maquinaria con recursos propios, dado que los márgenes de rentabilidad de las empresas se han deteriorado en los últimos años.
Otra forma de aumentar la productividad de las personas es a través de la capacitación. Esto toma más tiempo, pero sin duda es una buena alternativa para los empresarios que no tienen recursos para la compra de maquinaria y equipo. Hay muchas formas de lograr la capacitación y en ocasiones las diferentes cámaras empresariales la ofrecen a precios muy bajos, ya que cuentan con apoyos gubernamentales.
Desde luego que otra forma de incrementar los ingresos de la población ocupada está relacionada con el combate a la ilegalidad o economía informal. Las empresas formales, que tienen a sus trabajadores registrados en el IMSS y pagan correctamente sus impuestos, enfrentan grandes dificultades al competir con las empresas que están en la ilegalidad ya que éstas tienen menores costos de producción. Esto impide que la empresa formal pueda pagarle mejores salarios a sus trabajadores, ya que tiene que competir con precios más bajos por parte de empresas ilegales. De esta manera, la informalidad se esparce como un cáncer en la economía mermando las posibilidades de mejorar los niveles de ingresos de la población ocupada. La autoridad debe asumir un compromiso por llevar a más empresas a la legalidad.
Finalmente, está el tema de ciertas importaciones que impiden a los fabricantes nacionales mejorar los niveles de ingreso de sus trabajadores. Cuando tienes importaciones de productos que fueron fabricados en otros países en condiciones laborales muy malas y pagando sueldos de miseria, estás importando pobreza. ¿Cómo puede una empresa que produce ropa mejorar los sueldos de sus trabajadores cuando los grandes compradores nacionales tienen la posibilidad de comprar productos hechos en Bangladesh a un precio 50% más bajo? Y claro, tomando en consideración que las condiciones laborales de dicho país son sustancialmente más bajas que las de México. Nuestro país debe repensar su política comercial y buscar negociar acuerdos comerciales en los que tengamos posibilidades de exportar más, no simplemente comprar productos baratos que compiten con nuestras fábricas imposibilitando la mejora salarial.
A manera de conclusión podemos señalar que el aumento al salario mínimo si ayuda a aquellas personas que están en la formalidad y perciben precisamente un ingreso equivalente a un salario mínimo. Sin embargo, para la mayoría de la población ocupada, el aumentar el salario mínimo no se ha traducido en una mejoría de los niveles de ingreso promedio. La alternativa es el incremento de la productividad, el combate a la ilegalidad e informalidad, así como revisar la política comercial de nuestro país. En este contexto, y en relación al último punto, es claramente un error el bajar aranceles unilateralmente a las importaciones de mercancías intensivas en mano de obra como las de los sectores textil, vestido y calzado. Las políticas públicas deben ir encaminadas a tener un mercado interno fuerte porque la gente gana más, no simplemente porque hay más gente trabajando.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
En Twitter: @alejandrogomezt