Pese a la presión de Estados Unidos para que Norteamérica reduzca su dependencia de China, especialistas del sector automotriz coincidieron en que un desacoplamiento total es inviable en el corto plazo. 

México, Estados Unidos y Canadá seguirán dependiendo de componentes clave y minerales críticos como tierras raras, litio y semiconductores, provenientes del país asiático.

Durante el Webinar MEXcelerate – México: ¿VE (vehículos eléctricos) o no?, organizado por la consultora DOW, Raúl Moreno, director ejecutivo de NextGen Intelligence, y Gabriel Padilla, director de la Industria Nacional de Autopartes (INA), señalaron que la sustitución de autopartes de origen chino podría reflejarse hasta 2032, y en el caso de minerales y tecnología, solo a mediano o largo plazo.

Moreno consideró que el desacoplamiento “suena genial, pero es una utopía”, ya que 80% de los bienes actuales contienen componentes fabricados en China. 

Recordó que, incluso en Estados Unidos, el desarrollo de la industria de semiconductores proyecta avances sustanciales hasta dentro de una década.

Por su parte, Padilla explicó que México trabaja para consolidarse como el hub automotriz de Norteamérica y América Latina, aunque reconoció que desacoplarse de China industrialmente no es tarea sencilla. 

Planteó que el reto está en fortalecer la integración regional mediante el cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC, sin dejar de lado los componentes que no pueden sustituirse en el corto plazo.

El directivo recordó las declaraciones del CEO de Ford, quien reconoció que China ha superado a Occidente en innovación tecnológica y que el consumidor chino ya no elige por precio, sino por la experiencia tecnológica. 

Padilla destacó que el desafío para México y sus socios es identificar en qué segmentos pueden aumentar el valor agregado regional, mientras se mantienen las importaciones necesarias de tecnología china.

Alberto Gómez, director de ventas para LATAM de Krayden, coincidió en que la dependencia tecnológica de China continuará, y sugirió una estrategia híbrida que combine la cooperación con China y Estados Unidos para fortalecer la infraestructura de vehículos eléctricos.

Los especialistas concluyeron que México debe impulsar incentivos y desarrollo de infraestructura eléctrica, incluyendo redes de carga y programas para flotillas de transporte público y privado, a fin de atraer inversión y acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica en el país.

Con información de El Economista.