La confianza digital, nuevo motor del nearshoring en México

La confianza digital se convierte en el factor decisivo para el éxito de México en el nearshoring y la economía 5.0.

En la nueva economía global, los intangibles se consolidan como el principal motor de la competitividad. Entre ellos, la confianza digital se perfila como el elemento decisivo que determinará el éxito de México en la atracción de inversiones derivadas del nearshoring.

El proceso de relocalización de cadenas de valor coloca al país en un momento estratégico. Si bien las ventajas geográficas y los costos de manufactura continúan siendo factores relevantes, la capacidad para ofrecer un entorno digital seguro y transparente será la que defina la confianza de las empresas internacionales.

La competitividad ya no depende solo de producir más rápido o con menores costos, sino de garantizar certeza en cada interacción tecnológica.

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) define la confianza digital como la promesa de que las tecnologías, servicios digitales y las organizaciones que los proveen protegerán los intereses de todos los actores y cumplirán con las expectativas y valores de la sociedad.

Esta visión resalta la importancia de establecer marcos de transparencia, privacidad y responsabilidad que fortalezcan la legitimidad de los sistemas digitales.

La pérdida de confianza digital tiene costos significativos. Un ciberataque o una filtración de datos puede afectar no solo las finanzas de las empresas, sino también su credibilidad y relaciones estratégicas. En este contexto, la confianza digital se posiciona como un activo tan valioso como los propios datos.

Aunque México ha avanzado en su posicionamiento para el nearshoring, aún enfrenta el reto de construir una narrativa sólida en torno a este intangible. Para ello, se requiere impulsar políticas públicas, fortalecer la colaboración con el sector privado y consolidar un marco institucional alineado con estándares internacionales de seguridad y ética digital.

El liderazgo también juega un papel central. El WEF destaca que el compromiso de los directivos con la ciberseguridad, la privacidad, la transparencia, la auditabilidad, la equidad y la interoperabilidad puede fortalecer la confianza de los ciudadanos y consumidores. La construcción de credibilidad requiere acciones consistentes y comunicación clara, no solo infraestructura tecnológica.

México enfrenta el desafío de capitalizar la oportunidad del nearshoring mientras consolida su reputación digital. En la economía 5.0, la confianza digital se convierte en el factor que puede inclinar la balanza.

Si antes el país fue reconocido por su manufactura, ahora debe aspirar a ser identificado por su confiabilidad tecnológica. En un entorno donde los datos son el nuevo petróleo, la confianza será el elemento que determine su verdadero valor.

Con información de Forbes