El proceso de reclutamiento atraviesa una crisis de confianza; mientras los candidatos se quejan de ser ignorados, los responsables de talento humano señalan que los postulantes no cumplen con los perfiles, no asisten a entrevistas e incluso abandonan el empleo antes de empezar.
Un estudio de HireVue titulado Spotlight on Recruitment 2021: Mind the Trust Gap revela que el principal problema es un proceso complejo y prolongado (31%).
A esto se suman la mala experiencia del candidato, la incapacidad para evaluar la compatibilidad cultural y la falta de transparencia en la toma de decisiones, todas con 30% o más de menciones.
El resultado es predecible: muchas contrataciones no funcionan, las vacantes se cubren con perfiles inadecuados, y quienes sí podrían aportar valor, quedan fuera.
Un sistema desactualizado
Yoani Aceves, directora ejecutiva de Talenca para Latinoamérica, señala que el sistema lleva años operando con prácticas obsoletas.
Uno de los síntomas más visibles es el famoso ghosting a candidatos. Pero según Aceves, muchas veces ni siquiera el reclutador tiene retroalimentación que dar.
El problema no es solo la falta de cortesía: es una cadena rota de comunicación dentro de las organizaciones.
Otro vicio común es completar ternas por protocolo, aunque ya haya un candidato ideal. Esto no solo dilata el proceso, también crea falsas expectativas para los demás postulantes.
¿Qué puede mejorar?
Los especialistas coinciden: es urgente replantear el enfoque. Gerardo Macías, socio de DHR Global, considera que mejorar la marca personal y conectar con quienes toman decisiones es clave para los candidatos. Aplicar “a todo” no es estratégico y solo contribuye al ruido.
En ese tenor, sugiere que los empleadores cambien la lógica del proceso: si un perfil conecta desde el inicio, no hay por qué esperar a entrevistar a 10 más.
Para eso, se requiere más claridad desde el principio: conocer bien el perfil técnico y humano que se busca, entrevistar no solo al candidato sino también al jefe directo, y generar confianza desde la comunicación.
Hacia procesos más humanos
La solución no es tecnológica, sino humana. Se trata de establecer entornos donde prevalezcan la colaboración, la honestidad y la transparencia.
El futuro del trabajo no se define en un plan a largo plazo. Se construye todos los días con cada decisión, con cada entrevista, con cada experiencia —buena o mala— que se ofrece en el proceso de reclutamiento.
Con información de El Economista.