En 2023, la inversión extranjera directa (IED) hacia países en desarrollo alcanzó los 435,000 millones de dólares (mdd), su nivel más bajo desde 2005, según un informe del Banco Mundial.
Esta cifra representa apenas el 2.3% del PIB de estas economías y es la mitad del máximo registrado en 2008.
El organismo atribuye el descenso a un aumento global de las barreras al comercio y la inversión, incluidas las impuestas por economías emergentes.
También se ha observado una caída en la firma de tratados de inversión: entre 2010 y 2024 se formalizaron 380, menos de la mitad que en la década previa.
La IED se ha concentrado en pocas economías: China, India y Brasil representaron en conjunto la mitad de la inversión recibida por países emergentes entre 2010 y 2023, mientras que los 26 países más pobres captaron menos del 2%.
El Banco Mundial recordó que la IED impulsa el crecimiento económico y puede elevar el PIB hasta 0.8 puntos porcentuales en países con instituciones sólidas y mayor apertura comercial.
Por ello, instó a reducir restricciones, fortalecer la integración global y fomentar una mayor cooperación internacional para reactivar estos flujos de capital.
Con información de Expansión.