Las importaciones de tomate fresco, uno de los productos agrÃcolas más consumidos en Estados Unidos, enfrentan nuevas restricciones tras el anuncio del Departamento de Comercio de retirarse del acuerdo de suspensión firmado en 2019 con exportadores mexicanos.
La medida, impulsada por la administración Trump, contempla la imposición de aranceles antidumping del 21% a partir de julio de 2025.
Este acuerdo, vigente desde 1996 y renovado en distintas ocasiones, permitió evitar aranceles mediante el establecimiento de precios mÃnimos.
El conflicto comenzó en la década de 1990, cuando el crecimiento de las importaciones mexicanas llevó a productores estadounidenses a solicitar una investigación antidumping por presunta venta a precios por debajo del valor de mercado.
El Departamento de Comercio determinó que existÃa dumping, pero alcanzó un acuerdo con los exportadores mexicanos, lo que suspendió la investigación.
Las nuevas medidas pretenden beneficiar a los productores estadounidenses, especialmente en Florida y, en menor medida, en California. Sin embargo, podrÃan afectar a mayoristas, minoristas y consumidores.
En la actualidad, la producción nacional no cubre la demanda del mercado, lo que hace depender al paÃs de las importaciones, que en 2024 alcanzaron los 3,600 millones de dólares, de los cuales 3,100 millones provinieron de México.
A diferencia de los tomates frescos, los tomates procesados—utilizados en salsas y conservas—mantienen un superávit comercial para Estados Unidos, con California como principal productor.
Desde la entrada en vigor del TLCAN en 1994, la producción nacional de tomate fresco ha disminuido, mientras que las importaciones se duplicaron.
En 2023, se importaron 2 millones de toneladas métricas y se produjeron 1 millón. El consumo per cápita alcanzó casi 9 kilogramos ese año.
En términos económicos, las importaciones generan más de 8,000 millones de dólares y sustentan alrededor de 47,000 empleos en almacenamiento, distribución y comercialización.
Expertos advierten que los nuevos aranceles podrÃan elevar los precios al consumidor y reducir la oferta disponible, afectando el impacto económico positivo generado por este comercio.
Con información de Forbes