El estrés laboral persiste en México y afecta la retención de talento

En México, el 43% de los trabajadores afirma sentirse estresado la mayoría de los días en el trabajo, reveló el informe Health On Demand de Mercer Marsh Beneficios

En México, el 43% de los trabajadores afirma sentirse estresado la mayoría de los días en el trabajo, reveló el más reciente informe Health On Demand de Mercer Marsh Beneficios. 

Víctor García, subdirector de Consultoría en Salud y Analítica de Datos de la firma, calificó la cifra como “crítica”, ya que el estrés puede derivar en problemas de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, afecciones gastrointestinales y complicaciones inmunológicas.

Aunque las empresas han avanzado en sus políticas de bienestar, el estudio señala que muchas de las acciones implementadas no atacan las causas raíz del problema ni se alinean con lo que los empleados realmente necesitan. 

Por ejemplo, mientras que 43% de los trabajadores desearía acceder a pruebas de bienestar emocional, solo el 20% de los empleadores las ofrece.

García insistió en que la prevención debe incluir la detección de riesgos psicosociales más allá del entorno laboral, como el tecnoestrés o la ansiedad, para diseñar políticas internas más efectivas. 

Además, destacó que el estrés impacta directamente en el compromiso laboral y la productividad, y que el 68% de quienes reportan altos niveles de estrés están buscando activamente un nuevo empleo.

Por su parte, Andrés Machado, subdirector de Bienestar de la firma, subrayó la necesidad de eliminar el estigma en torno a la salud mental y capacitar a los líderes para identificar y abordar estas situaciones en sus equipos.

A pesar del panorama, el 61% de los trabajadores mexicanos considera que su empleador se preocupa por su salud física y mental, aunque aún hay margen de mejora en comparación con otras economías donde este indicador supera el 70%.

Ariel Almazán, líder de Workforce Health para México, Latinoamérica y el Caribe, recordó que apoyar el bienestar no es un subsidio, sino una inversión estratégica. 

“No se trata de volverse samaritano, sino de generar herramientas de autocuidado y salud que contribuyan a la calidad de vida y a la productividad”, concluyó.

Con información de El Economista.