Ante el proceso de mesas de diálogo entre el gobierno, sector privado y sindicatos para revisar las estrategias en la reducción de la jornada laboral, existe una recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que México puede considerar para no presentar riesgos económicos y laborales.
Se trata de la Recomendación 116 de la OIT, que contiene directrices para que los países que busquen reducir paulatinamente su jornada de trabajo lo hagan de manera adaptada a su realidad económica.
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños, informó el pasado 1 de mayo que será el 2 de junio cuando iniciarán las mesas de diálogo para reducir la jornada laboral del país hasta llegar a las 40 horas.
Jimena Sánchez Argoytia, socia fundadora de Employment Legal Aid, recordó que la Recomendación 116 se emitió en los años 60, cuando la OIT anticipaba un incremento en las cargas laborales, sobre todo en el número de horas anualizadas trabajadas.
Indicó que, a raíz de ello, la Recomendación busca promover una reducción progresiva de la jornada laboral en los diferentes países para eficientar los procesos de cada entidad.
“Esta Recomendación tiene cuatro aspectos: el primero es la promoción de la reducción de la jornada; dos, tener políticas laborales más modernas. El tercer punto sería el equilibrio entre productividad y bienestar, porque venimos de una cultura de horas, y el número de horas que trabajamos dista de los niveles de productividad”, refirió Sánchez Argoytia.
Añadió que el cuarto punto es que este tipo de recomendaciones de la OIT, aunque no son vinculantes, inspiran a los gobiernos a pensar en reformas laborales que busquen armonía y equilibrio entre el crecimiento económico y el respeto a los derechos laborales.
Por su parte, Jaime Rodríguez Eguiarte, socio en Ibarra del Paso Gallego, comentó que la recomendación es aplicable siempre y cuando la industria lo permita y se justifique el tiempo de jornadas prolongadas, tiempos extraordinarios recurrentes o periódicos.
“Va a ser importante retomar ese concepto porque habrá industrias y sectores donde de forma permanente se requiera una jornada prolongada, y sea importante revisitar el tema de cómo se paga el tiempo extraordinario actualmente”, resaltó.
En ese sentido, señaló que en México el tiempo extra tiene un costo elevado, “estamos hablando del tiempo extra doble y triple respecto del costo de una hora normal, y si le adicionas esta reducción de jornada, quizás el encarecimiento de la operación de una empresa se vuelva una regla”.
De acuerdo con la Recomendación de la OIT, estas son las claves para reducir la jornada laboral:
- Ser progresiva y sin reducir sueldo.
- Se puede realizar por vía legislativa, reglamentaria o por contrato.
- El proceso debe considerar las circunstancias de cada país y sector.
- El principio de progresividad puede aplicarse en el tiempo, por rama o cualquier otra fórmula apropiada a las condiciones del país.
- Dar prioridad a las industrias o actividades con un esfuerzo físico o mental particular o con riesgo para la salud de las personas trabajadoras.
- La autoridad de cada país debe determinar en qué circunstancias y dentro de qué límites podrán autorizarse excepciones a la duración normal del trabajo.
Para lograr la propuesta del gobierno en la reducción de la jornada laboral, se necesitan reglas y condiciones adecuadas para cada sector, señaló Pedro Américo Furtado de Oliveira, director de la Oficina País de la OIT para México y Cuba.
“La reducción tiene que estar inducida de manera correcta, es decir, hay medidas adecuadas para cada sector; porque puede ser que, a largo plazo se logre disminuir la informalidad, y eso claro, no va a ser inmediato, pero se van moviendo los trabajadores del sector informal al formal, y eso sabemos que podrá suceder”, aseguró.
Jimena Sánchez indicó que el tema de la jornada tiene tres ejes rectores: primero, la recomendación es de un organismo global dedicado a temas de trabajo; segundo, la tendencia de otros países que son competencia directa de México como economías a nivel mundial; y tercero, una necesidad competitiva de las empresas para reclutar y retener personal.
“Creo que en todas estas mesas de trabajo e independientemente del sector, ya sea patronal, obrero o gubernamental, que serán los que principalmente participen, no hay que perder la perspectiva de que nadie quiera acabar con las fuentes de trabajo, porque eso a nadie le beneficia. Sí se buscan más beneficios para los trabajadores, pero tampoco puede ser a tal grado que vuelva inoperante una operación de una empresa”, afirmó Jaime Rodríguez.
Empresas en Riesgo
Jimena Sánchez indicó que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) serán las que más riesgos pueden presentar ante una reducción de la jornada laboral en México.
“Las empresas grandes yo creo que son las que tienen más capacidad económica de atender este tipo de cambios. Pero mipymes, sí se van a ver más impactadas porque tienen un número menor de trabajadores y son quienes en su mayoría no cuentan con un asesoramiento estratégico respecto a de cómo equilibrar el tema de productividad con el número de horas que trabaja la gente”, explicó.
Calificó como un aspecto a considerar que el gobierno haya pensado en una implementación gradual como lo han hecho otros países de Latinoamérica, como Colombia y Chile.
Jaime Rodríguez destacó que ese segmento de empresas es el que se podría ver más afectado porque es el que menos recursos tiene. Indicó que uno de los retos para implementar la reducción laboral será el cómo implementar el ajuste sin afectar la productividad de las empresas y sin incrementar sus costos de operación.
“Esta reducción de la jornada para toparla en 40 horas va a ser el tope en jornada diurna, pero vamos a tener una reducción en cuanto a las jornadas mixtas y nocturnas, pensando que la nocturna se vería reducida a 35 horas y la mixta a 37 horas y media, va a ser un reto para ajustar a todas las necesidades, sobre todo, a los que tienen dos o hasta tres turnos que tienen que respetar estos máximos semanales, van a verse afectados”, advirtió Rodríguez.
Con información de El Economista