Las inversiones en la industria de autopartes en México continuarán en aumento por la relocalización y la electromovilidad, informó Francisco González, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA). Adelantó que el gobierno mexicano gestionará en Washington la reconsideración de las “cartas paralelas” del T-MEC para proteger al sector frente a posibles aranceles.
México podría recurrir al mecanismo de la Sección 232 como respuesta a medidas de Estados Unidos en acero y aluminio. Aunque esta permite restricciones por motivos de seguridad nacional, las cartas paralelas garantizan exportaciones mexicanas sin aranceles hasta ciertos límites: 110,000 millones de dólares en autopartes y 4 millones de vehículos ligeros anuales.
González explicó que las organizaciones de autopartes de Norteamérica han coincidido en que la producción es conjunta, por lo que resulta clave el reconocimiento de estas cartas. Añadió que el sector trabaja con la Secretaría de Economía para fortalecer el contenido nacional y sustituir importaciones, en el marco del Plan México.
Durante el anuncio de la Tercera International Automotive Industry Supply Summit en Querétaro, el dirigente informó sobre la instalación de una empresa de frenos eléctricos en México y una derrama económica estimada en 9,500 millones de dólares. Subrayó que el país mantiene herramientas para atraer inversión bajo las reglas del T-MEC.
Empresas chinas en autopartes, sin plantas automotrices
En México no existen plantas armadoras chinas, pero sí hay producción de autopartes por empresas de ese país. Desde 2017, compañías como Minghua, Noah Itech y otras proveedoras de Tesla han establecido operaciones. La INA informó que 36 empresas chinas participan actualmente en el sector, en su mayoría por invitación directa de armadoras ya instaladas.
Según SiiLA, las firmas chinas duplicaron su superficie industrial en México en tres años, concentrando el 7% del crecimiento del espacio industrial desde 2020. Nuevo León lidera la captación de inversión asiática, con un 21.4% entre enero y diciembre de 2024.
Aunque marcas como BYD, Chirey y GWM han manifestado interés en fabricar en México, aún no han concretado plantas. La producción local está condicionada a la aceptación del mercado y el acceso a otros destinos. Chirey señaló que sus planes dependen de alcanzar una masa crítica de mercado y de la postura política de Estados Unidos y México.
La INA advirtió que desvincular a China de la cadena de suministro es difícil, ya que buena parte de los insumos para la electromovilidad —como el grafito, el litio procesado y las tierras raras— dependen de ese país.
Con información de El Economista y Expansión