Por: Silvia Rita Tótoro Axtle
Columnista de Incomex y asesora especializada en comercio exterior en Global Trade
A simple vista pareciera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra fuera de sus cabales y que la estrategia de impuestos a la importación únicamente va a perjudicar a los consumidores de su país por el encarecimiento de productos. Sin embargo, es bien sabido que el presidente Trump es un hombre de negocios que ha acumulado una gran fortuna a lo largo de su trayectoria como empresario y, por otro lado, como político, representa los intereses de corporaciones como la del sector manufacturero (tal vez más que a los propios intereses de los ciudadanos de su país).
Hace unos días, en una conferencia sobre este tema, escuché a una asistente que se preguntaba el por qué de la política de Trump si la gran mayoría de las empresas IMMEX son propiedad de corporativos estadounidenses.
A esta pregunta respondería que algunos políticos se aprovechan de su cargo para enriquecerse en lo personal y enriquecer aún más a las empresas de “su grupo”, con las que tienen compromisos adquiridos.
Desde mi perspectiva, la estrategia de Trump está diseñada para afectar a ciertas empresas hasta que se vean en la penosa necesidad de ir a la quiebra o vender a precios muy bajos, lo que permite que las corporaciones que representa aprovechen esta circunstancia para adquirirlas mediante el sistema de fusiones y adquisiciones conocidas por su acrónico M&A (merges and acquisitions), muy comunes en el mundo empresarial. Se trata de transacciones de la propiedad de las empresas u organizaciones que les permiten hacer frente a momentos complicados cambiando su posición competitiva.
Donald Trump está tomando ventaja de su cargo para que las corporaciones con las que tiene compromisos puedan negociar con sus competidores para poder comprarlos a costos muy bajos. La entrada en vigor se había estado posponiendo mes con mes para que las negociaciones se fueran llevando a cabo.
Todos los que estamos en este sector exportador sabemos que es muy importante y exitoso (industria médica, automotriz, aeronáutica, etc.) pero también muy competitivo. Por lo tanto, los motivo a que no se preocupen por la posible pérdida de sus empleos, ya que lo más probable es que la empresa en la que trabajan se vea afectada momentáneamente (o no) pero pronto verán que únicamente se llevará a cabo una asamblea de la sociedad para el cambio de accionistas a nombre de los que la adquirieron. Todo será parte de una negociación entre los accionistas que seguramente el personal de su empresa ni lo note, porque por lo general en este tipo de transacciones las nuevas corporaciones dueñas de la empresa mantienen toda su estructura de funcionamiento, manteniendo a los CEOS, Controlador corporativo, etcétera, en sus puestos. Esto ha sucedido desde hace muchos años, pero ahora vienen con mayor agresividad y prisa por llegar victoriosos al nuevo paradigma de la agenda 2030.
Por lo tanto, mi consejo es que no se preocupen, que se ocupen simplemente de navegar en estas circunstancias dando lo mejor de ustedes y actualizando y utilizando sus conocimientos en el área que desempeñan para “navegar” hasta que las aguas se calmen, y tengan por seguro que el comercio y la manufactura no van a dejar de existir, simplemente se van adaptando a nuevas circunstancias.
Esta es mi perspectiva… la tuya ¿Cuál es?