La incertidumbre en torno a la política arancelaria de Donald Trump ha generado preocupación en los mercados, afectando las proyecciones económicas de Estados Unidos y México.
La posibilidad y entrada de nuevos gravámenes a las importaciones, incluidos productos clave como el acero y el aluminio, ha influido en la volatilidad del tipo de cambio y en las expectativas de crecimiento para ambos países.
La economía de EE.UU. y México
Durante la sesión informativa “Expectativa sobre crecimiento económico en febrero 2025”, Ana Azuara, gerente de Análisis Económico de Banco BASE, expuso que la economía de Estados Unidos muestra signos de desaceleración, con un crecimiento proyectado del 1.58% en 2025, frente al 2.78% registrado el año pasado.
A pesar de que la inflación se ha reducido más rápido que en México, persisten riesgos al alza, especialmente por la posibilidad de nuevos aranceles.
Por su parte, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha comenzado a recortar las tasas de interés y podría continuar con esta tendencia si la economía enfrenta presiones adicionales.
Además, se ha mencionado la posibilidad de imponer gravámenes a productos como aluminio, acero y cobre, lo que podría afectar los precios y llevar a la FED a implementar más recortes en las tasas de interés en caso de una recesión.
En México, la desaceleración económica es más pronunciada. Durante el cuarto trimestre de 2024, el PIB mostró una contracción trimestral, aunque con un ligero incremento anual.
El Banco de México redujo su expectativa de crecimiento para 2025 del 1.5% al 0.6%, con la posibilidad de una recesión.
La caída en el consumo privado, la incertidumbre en torno a las remesas y el ligero aumento en el desempleo son factores que afectan la economía.
Remesas, inversión e inflación
El impacto de las remesas es clave para el consumo en México. En diciembre se observó una desaceleración, posiblemente vinculada a la incertidumbre en Estados Unidos y el temor a deportaciones, lo que podría reflejarse en una contracción de remesas en enero.
La inversión extranjera directa también muestra signos de desaceleración. Mientras que en 2022 creció un 50.4%, en 2024 el incremento fue de solo 8.51% y, aunque la reinversión de utilidades continúa, las nuevas inversiones han disminuido.
En cuanto a la inflación en México, se mantiene por encima del objetivo del 3% del Banco de México, aunque con tendencia a la baja.
Ante un posible escenario de imposición de aranceles, el banco central podría adoptar una postura más agresiva en la reducción de tasas de interés. Se espera que la tasa cierre el año en 8.5%, mientras que en Estados Unidos se proyecta en 4.25%.
Los sectores clave y manufactura
Con los aranceles generales a los bienes, se estima que México podría entrar en recesión con una contracción del PIB de hasta 4.4% en 2025.
Los sectores más afectados serían el automotriz, aeronáutico y manufacturero en estados como Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas.
A pesar de la incertidumbre, la manufactura mexicana sigue siendo competitiva. La calidad de los productos nacionales es comparable a la de Alemania y Japón, lo que dificulta su sustitución por parte de Estados Unidos.
Además, las medidas arancelarias podrían aplicarse a otros países, lo que aumentaría los costos de importación desde otras regiones.