Los aranceles del 25% al acero y al aluminio, que entrará en vigor el 12 de marzo, sin excepciones ni exenciones se sumarán al gravamen de 25% previamente impuesto a los bienes de México y Canadá, cuya aplicación está suspendida hasta el 1 de marzo.
Si entran en vigor, el acero y aluminio de estos países estarán gravados con un 50% a partir del 12 de marzo.
Trump justificó la medida alegando riesgos para la seguridad nacional y eliminó exenciones que beneficiaban a Argentina, Australia, Canadá, México, la Unión Europea y el Reino Unido, así como a Brasil, Japón y Corea del Sur para el acero y sus derivados.
El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, criticó la decisión y advirtió: “Sentido común, no balazo en el pie, no destruir lo que hemos construido los últimos cuarenta años”.
Por su parte, el ministro de Comercio de Canadá, Dominic LeBlanc, se reunirá en Washington con el asesor económico de Trump, Kevin Hassett, y el futuro secretario de Comercio, Howard Lutnick, para abordar el tema.
En 2018, durante su primer mandato, Trump ya había impuesto tarifas del 25% al acero y 10% al aluminio, y en 2020 renegoció el acuerdo comercial con México y Canadá.
Autoridades de México buscarán diálogo
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó como “un balazo en el pie” la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio, al considerar que carece de sentido común y afecta el comercio bilateral. Destacó que México importa más de estos metales de EE.UU. de lo que exporta.
El funcionario anunció que buscará establecer comunicación con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y con Jamieson Greer, titular de la Representación Comercial de EE.UU., para argumentar que no existe un déficit en este sector con México.
Asimismo, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señaló que el sector privado agotará el diálogo antes de tomar represalias.
Recordó que esta medida arancelaria ya ocurrió en 2018 y existe plena confianza de que haya un arreglo con las autoridades de la Casa Blanca para no aplicarlos.
Piden aranceles de represalia
Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) instó al gobierno mexicano a aplicar represalias si no se logra la exclusión del acero mexicano, ya que la medida pone en riesgo el 75% de las exportaciones del sector, valuadas en 2 mil 100 millones de dólares (mdd).
El impacto de estos aranceles genera incertidumbre sobre el comercio en Norteamérica, según Emilio Arteaga, socio de Vázquez Tercero & Zepeda, quien señaló que podrían formar parte de una estrategia de negociación.
Max Bonnell, profesor de la Universidad de Sydney, criticó el uso de los aranceles como herramienta política y su efecto en los tratados internacionales.
Sector automotriz tendrá mayores afectaciones
Moody’s Ratings advirtió que el sector automotriz sería uno de los más afectados, ya que la medida haría menos competitivos sus productos en EE.UU., aumentando el riesgo de caída en la demanda, reducción de producción y pérdida de empleos en México.
En su informe “Las tensiones arancelarias aumentan el riesgo para los automóviles, la red eléctrica y el apetito crediticio de bancos”, la agencia calificafora advirtió que los aranceles podrían afectar la cadena de suministro automotriz en América del Norte, generando retrasos, costos adicionales y desincentivando inversiones e innovación.
Moody’s señaló que la industria automotriz representa alrededor del 3.5% del PIB de México, con una fuerte dependencia del mercado estadounidense.
Empresas como Nemak, que obtiene aproximadamente la mitad de sus ingresos de Norteamérica, podrían buscar otros mercados de exportación y modificar sus centros de producción.
También destacó que el encarecimiento de vehículos y autopartes reduciría la demanda de los consumidores y afectaría la producción y ventas del sector.
Además, la política de la Administración Trump para relocalizar la manufactura en EE.UU. podría frenar el nearshoring, debilitando la demanda de espacios industriales y reduciendo la ocupación de inmuebles comerciales y logísticos.
Por último, la agencia indicó que los fideicomisos de inversión en bienes raíces (FIBRAs) tienen una exposición moderada a estos riesgos, ya que las empresas automotrices representaban el 23% del área bruta rentable de las FIBRAs calificadas y el 21% del sector industrial en México hasta septiembre de 2024.
Los principales fabricantes de automóviles en Estados Unidos, General Motors (GM) y Ford, manifestaron su desconcierto ante las políticas de la Administración de Donald Trump y la incertidumbre generada por los aranceles del 25% a México y Canadá.
Sherry House, directora financiera de Ford, declaró en una conferencia en Nueva York que la empresa ha pausado grandes decisiones de inversión debido a la situación.
Por su parte, Mary Barra, presidenta y consejera delegada de GM, señaló que desde noviembre han planificado estrategias para mitigar el impacto de los aranceles. Sin embargo, reconoció la incertidumbre existente y aseguró que GM estará preparada cuando haya claridad sobre las medidas.
El consejero delegado de Ford, Jim Farley, advirtió que los aranceles “harán un boquete en la industria de EU como no se ha visto nunca antes” y beneficiarán a fabricantes de Corea del Sur, Japón y Europa, que no están afectados.
Amenaza de aranceles intimida inversión
Según la última encuesta de Banxico (enero 2024), solo el 5% de los analistas considera que es un buen momento para invertir, mientras que el 54% opina lo contrario.
Baker McKenzie advierte que muchas empresas están recurriendo a fusiones y adquisiciones para reducir su exposición al mercado mexicano, sin abandonarlo por completo. Esto afecta especialmente a sectores sensibles como el automotriz. Además, algunas multinacionales están optando por trasladarse a países como EE.UU., India, Malasia, Japón y Vietnam.
Fitch Ratings señala que la incertidumbre comercial seguirá afectando la inversión hasta al menos 2026, incluso si se evitan los aranceles en las negociaciones de marzo.
Por su parte, UBS destaca que la amenaza arancelaria llega en un momento de desaceleración económica en México y que la administración de Claudia Sheinbaum enfrentará desafíos como el debilitamiento del crecimiento y la presión fiscal.
BBVA considera que el nearshoring en México sigue siendo viable, ya que producir en el país y exportar a EE.UU. será más rentable que hacerlo desde China, donde los aranceles podrían superar el 25%.
Además, el gobierno mexicano busca incentivar la inversión privada con políticas de apertura en sectores como la energía y medidas fiscales dentro del Plan México.
A pesar de la incertidumbre, el futuro de la inversión en México dependerá de cómo evolucionen las tensiones comerciales y la respuesta del gobierno ante los retos económicos.
Con información de El Economista, El Financiero, Reforma, El Universal y Expansión.