Si la tendencia de crecimiento del salario mínimo proyectada por el Gobierno Federal se mantiene, en 2028 abarcará al 40% de los trabajadores formales, según estimaciones de Lockton México.
El plan de la presidenta Claudia Sheinbaum busca que el salario mínimo equivalga a 2.5 canastas básicas en 2030, lo que implicaría incrementos anuales cercanos al 12%. Lockton México advierte que este ajuste podría representar retos para las empresas conforme más empleados queden dentro de esta referencia salarial.
Las proyecciones señalan que en 2028 el salario mínimo equivaldría a tres veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), nivel que en 2024 correspondió al 40% de los trabajadores formales. Otro posible escenario es que el incremento del salario mínimo impulse alzas en otras categorías salariales, lo que podría llevar a que los empleados migren a percepciones superiores a cuatro veces la UMA en los próximos tres años.
En ambos casos, los ajustes salariales y las cuotas de seguridad social se verán afectados, indicó Bernardo López, subdirector de Consultoría Actuarial de Lockton México. Explicó que las cuotas de seguridad social de los trabajadores con salario mínimo son asumidas por los empleadores, lo que implica un pago del 2.5% sobre esa base. Si los empleados avanzan a otro nivel salarial, las cuotas del seguro de retiro, cesantía y vejez también cambiarían. Para quienes ganan 2.5 veces la UMA, la cuota es de 7.5%, mientras que para quienes perciben cuatro veces la UMA o más, el porcentaje asciende a 9.5%.
Durante el evento Desafíos y soluciones en beneficios para empleados ante el panorama laboral en México 2025, especialistas de Lockton México analizaron los retos que enfrentan las empresas ante los cambios legales y de política laboral, incluyendo los incrementos al salario mínimo.
Concepción Hernández, directora de People Solutions de Lockton México, señaló que el salario mínimo ha crecido a un ritmo distinto al del resto de las remuneraciones. Destacó que para la retención de talento es necesario equilibrar los ajustes salariales entre quienes perciben el salario mínimo, con incrementos del 12% este año, y aquellos cuyos aumentos están más alineados con la inflación.
Esta tendencia ha llevado a las empresas a replantear sus planes de compensación y beneficios para mantener la competitividad en el mercado laboral. Entre las principales estrategias identificadas están:
- Programas de bienestar: Enfocados en la salud física, mental y financiera de los empleados para mejorar la productividad y la retención.
- Remuneración basada en habilidades: Vincular los salarios al desarrollo de competencias ante la demanda de nuevas capacidades en el mercado laboral.
- Beneficios personalizados y flexibles: Permitir a los empleados elegir su paquete de beneficios y compensación.
Hernández destacó que los beneficios adicionales no ligados al sueldo pueden mejorar la satisfacción laboral al responder a las necesidades de los empleados.
Por su parte, Annel Lozano, subdirectora de Estrategia en Salud de Lockton México, subrayó la importancia de incorporar beneficios enfocados en la salud física y mental de los trabajadores. Mencionó que regulaciones como la Ley Silla buscan mejorar las condiciones laborales, especialmente para quienes permanecen de pie durante toda su jornada.
Sin embargo, Lozano advirtió que la atención al bienestar laboral no debe limitarse a regulaciones normativas, sino que debe integrarse en la oferta de valor de las empresas mediante políticas de cuidado de la salud. Indicó que actualmente las acciones empresariales se centran en medidas generales, como campañas de vacunación y ferias de salud, pero aún hay margen para ampliar estos beneficios.
Con información de El Economista