México incrementó su participación en el mercado automotriz de Estados Unidos por quinto año consecutivo, alcanzando un 38.5% en 2024, según datos del Departamento de Comercio.
Este crecimiento se refleja en un valor de importaciones de productos automotrices por 181 mil 397 millones de dólares (mdd) desde México, de un total global de 471 mil 576 mdd.
Este aumento ocurre en un contexto de negociaciones entre los gobiernos de ambos países para evitar la imposición de aranceles del 25% a las importaciones mexicanas de productos automotrices, previstos para el 2 de febrero y que fueron pospuestos por un mes debido a temas de migración y narcotráfico.
En cuanto al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el presidente Donald Trump inició el 20 de enero una evaluación de los acuerdos comerciales, incluyendo el T-MEC, y solicitó recomendaciones para abril.
En este marco, Jamieson Greer, titular de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR), mencionó el 6 de febrero que se revisarán las reglas de origen en la industria automotriz para evitar que terceros países se beneficien del acuerdo en detrimento de Estados Unidos y sus socios. La revisión del T-MEC está programada para julio de 2026.
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Seguirán automotrices en México
Las empresas automotrices están reorganizando su producción para cumplir con el mandato del presidente Donald Trump de fabricar más autos en Estados Unidos, pero no abandonarán su producción en México, según expertos.
Eric Ramírez, director regional para Latinoamérica de Urban Science, destacó que sería costoso para las automotrices mantener ociosa la capacidad instalada en México, donde fabrican modelos como los de General Motors y RAM.
En cuanto a los vehículos eléctricos, estimó que las inversiones en México se ralentizarán debido a los compromisos ya establecidos con plantas y proveedores.
Carlos Ramos, socio de Hogan Lovells, advirtió sobre las dificultades para reorganizar la cadena de suministro, que actualmente depende de insumos importados desde Asia a México, y no será fácil redirigirlos a Estados Unidos.
Reiner Braun, presidente y CEO de BMW Group, enfatizó que las inversiones en el sector automotriz son a largo plazo, por lo que es difícil modificar o retirar una planta en el corto plazo, como ocurre con la planta de BMW en San Luis Potosí.
Ramos también señaló que el tema laboral presenta un desafío, ya que la capacitación de los trabajadores mexicanos es altamente especializada, lo que hace difícil mover la producción sin enfrentar complicaciones.
Ramírez agregó que el bajo costo laboral en México es un incentivo clave para las armadoras estadounidenses.
Con información de El Economista y Reforma.