En mis dos últimas entregas, abordé las tendencias económicas y tecnológicas que moldearán el 2025 (Las principales predicciones para 2025 y Tendencias tecnológicas que transformarán 2025). Sin embargo, aún no he profundizado en el panorama geopolítico. Esto no fue una omisión deliberada, sino una decisión estratégica: estaba esperando la publicación de uno de los reportes geopolíticos más destacados del mundo occidental.
Cada enero, el informe Top Risks de Eurasia Group marca la pauta para entender los retos más relevantes que enfrentarán las naciones, industrias e instituciones en el año que comienza. En su edición 2025, el informe explora un panorama global caracterizado por tensiones crecientes: desde el desmoronamiento del orden mundial en un escenario G-Zero hasta los peligros de una escalada entre Estados Unidos y China que amenaza la economía global. Además, destaca la erosión de los contrapesos institucionales en Estados Unidos bajo la nueva administración de Donald Trump y el comportamiento desestabilizador de Rusia.
Coescrito por Ian Bremmer y Cliff Kupchan, este análisis se ha convertido en una herramienta imprescindible para inversionistas, empresarios y tomadores de decisiones, actuando como una brújula en un mundo plagado de incertidumbre. En esta entrega, te comparto los temas clave de este reporte y su impacto potencial, complementados con algunas de mis reflexiones personales, sobre los factores que probablemente definirán el panorama geopolítico de 2025.

El riesgo número uno para 2025 es que el G-Zero triunfe. Ian Bremmer afirma: «El mundo G-Zero ha llegado oficialmente. La gente en todo el mundo se enfrenta a una mayor inestabilidad geopolítica impulsada por la falta de liderazgo global. Como resultado, hemos entrado en un período excepcionalmente peligroso de la historia mundial, a la par de la década de 1930 y el comienzo de la Guerra Fría».
Otros riesgos identificados en el informe incluyen: El imperio de Don (n.° 2), La ruptura entre Estados Unidos y China (n.° 3), Trumponomics (n.° 4), Rusia sigue siendo rebelde (n.° 5), Irán contra las cuerdas (n.° 6), Empobrecer el mundo (n.° 7), La IA sin límites (n.° 8), Los espacios sin gobierno (n.° 9) y El enfrentamiento mexicano (n.° 10).
En la parte final del informe Top Risks se incluyen varias «pistas falsas»: cuestiones que, a pesar de la atención popular, es poco probable que planteen amenazas significativas o generen inestabilidad en el año que comienza. En cuanto al primero de ellos, El fracaso de Trump, Ian y Cliff escriben: “La opinión generalizada sostiene que la segunda presidencia de Donald Trump provocará un caos absoluto en materia de política exterior… pero no este año. Mucha gente olvida que Trump logró una serie de éxitos notables en materia de política exterior en su primer mandato, entre ellos un revitalizado Tratado México-Estados Unidos – Canadá (T-MEC), los históricos Acuerdos de Abraham, una distribución más justa de los costos entre los miembros de la OTAN y nuevas y más sólidas alianzas de seguridad en Asia”. Otras pistas falsas analizan los riesgos de que la transición energética global se estanque y que la cohesión europea se desmorone.

A continuación, presento un resumen de los diez principales riesgos para 2025, pero el riesgo no. 10, relacionado con México, se desarrolla ampliamente:
#1. El G-Zero gana. El mundo G-Zero es una era en la que ninguna potencia o grupo de potencias está dispuesta ni es capaz de impulsar una agenda global y mantener el orden internacional. Hemos vivido con esta falta de liderazgo internacional durante casi una década, pero en 2025 el problema empeorará mucho. Se esperan nuevos y crecientes vacíos de poder, actores rebeldes y envalentonados, así como un mayor riesgo de que ocurran “accidentes peligrosos”, errores de cálculo y conflictos. El riesgo de una crisis geopolítica es ahora mayor que en cualquier otro momento desde la década de 1930 o principios de la Guerra Fría. Rusia y China siguen desafiando el orden de seguridad liderado por Occidente, aunque de maneras muy diferentes. La creciente desigualdad, los cambios demográficos y el cambio tecnológico a gran velocidad han persuadido a un número cada vez mayor de ciudadanos en las democracias industriales avanzadas de que el «globalismo» no ha funcionado a su favor. Y la superpotencia militar del mundo volverá a estar liderada por el único presidente posterior a la Segunda Guerra Mundial que rechaza la suposición de que el papel de liderazgo global de EE.UU. sirve al pueblo estadounidense.

#2. El imperio de Don. Trump asumirá el cargo con más experiencia y mejor organizado que en 2017. Su administración estará formada por personas leales que entienden mejor cómo funciona el gobierno federal. Tendrá un control de ambas cámaras en el Congreso y una mayoría conservadora de 6-3 en la Suprema Corte de Justicia. Sobre esta base sólida, Trump purgará la burocracia federal de funcionarios públicos profesionales y los reemplazará por personas leales a sus políticas, en particular en el Departamento de Justicia y el FBI. La erosión de los contrapesos independientes sobre el Poder Ejecutivo y el debilitamiento del marco legal harán que una mayor parte de la política estadounidense dependa de las decisiones de un hombre poderoso en lugar de principios legales establecidos y políticamente imparciales. La democracia en sí no se verá amenazada. Estados Unidos no es México. Pero la indiferencia de Trump, y en algunos casos su hostilidad, hacia los valores históricos estadounidenses sentarán nuevos y peligrosos precedentes para el «vandalismo político» de futuros presidentes de ambos partidos.
#3. Ruptura entre Estados Unidos y China. El regreso de Trump al poder provocará una desconexión no controlada en la relación geopolítica más importante del mundo, lo que, a su vez, trae implícito el riesgo de provocar una importante perturbación económica y una crisis más amplia.
Trump impondrá nuevos aranceles a los productos chinos para presionar a Pekín a que haga concesiones en una serie de cuestiones, y los dirigentes chinos, a pesar de la debilidad económica real en su país, responderán con más fuerza para demostrar a Trump y al pueblo chino que pueden contraatacar y que lo harán. Es probable que aumenten las tensiones por Taiwán, aunque sigue siendo poco probable que se produzca una crisis militar en toda la extensión en 2025. La política tecnológica será la verdadera línea de batalla en el frente de este conflicto. En 2025 estallarán pugnas por el comercio y la inversión en todo tipo de sectores, desde semiconductores hasta minerales críticos y tierras raras.

#4. Trumponomics. En enero, Trump heredará una economía estadounidense robusta, pero sus políticas traerán consigo una mayor inflación y un menor crecimiento en 2025. En primer lugar, Trump aumentará significativamente los aranceles para reducir los déficits comerciales de Estados Unidos, lo que dará lugar a menos opciones asequibles para muchos bienes y a un aumento de la inflación en Estados Unidos. El resultado serán tasas de interés más altas y un crecimiento más lento. El dólar se fortalecerá, lo que hará que las exportaciones estadounidenses sean menos competitivas. Algunos países en la mira de Trump tomarán represalias si se les imponen aranceles punitivos, lo que aumentará el riesgo de guerras comerciales disruptivas. En segundo lugar, la administración Trump podría deportar hasta un millón de personas en 2025 y hasta cinco millones en cuatro años. La reducción de la inmigración ilegal y las deportaciones masivas reducirían la fuerza laboral estadounidense, lo que aumentaría los salarios y los precios al consumidor y limitaría la capacidad productiva de esa economía.
#5. Rusia sigue siendo una potencia rebelde. Rusia es ahora, por mucho, la principal potencia rebelde del mundo, y Vladimir Putin aplicará más políticas que socaven el orden global liderado por Estados Unidos a pesar de un probable cese del fuego en Ucrania. Rusia tomará medidas hostiles contra los países de la Unión Europea con ataques cibernéticos, sabotajes y otros «ataques asimétricos»; también fortalecerá las alianzas militares estratégicas con Irán y Corea del Norte en 2025. Putin seguirá intentando provocar incendios e incluso asesinatos mientras usa la aplicación de comunicaciones Telegram para propagar puntos de vista a favor del Kremlin en toda Europa. Rusia hará más que cualquier otro país para perturbar el orden global en 2025.

#6: Irán contra las cuerdas. El Medio Oriente seguirá siendo un entorno explosivo en 2025 por una razón importante: Irán no ha estado tan débil en décadas. La posición geopolítica del país ha recibido una serie de duros golpes en los últimos meses. Israel ha paralizado a sus más poderosos aliados: Hamás y Hezbolá. El aliado de Irán, Bashar al Assad, ha sido expulsado de Siria. Teherán está herido, pero todavía tiene un arsenal masivo de misiles y drones, y podría verse provocado a realizar otro intercambio directo de misiles con Israel. Cualquier accidente o error de cálculo que mate a un número significativo de israelíes o estadounidenses podría desencadenar una espiral de escalada con implicaciones materiales para el suministro y el precio del petróleo.
#7: Empobrecer al mundo. La rivalidad entre Estados Unidos y China generará disrupciones a todos los demás países este año, echando a perder la recuperación global y acelerando la fragmentación geoeconómica en un momento en que el crecimiento global es tibio, la inflación sigue siendo persistente y los niveles de deuda se encuentran en máximos históricos. Los nuevos gobiernos que prometen tiempos mejores por delante se enfrentarán a duras realidades a medida que las presiones económicas globales se tornan políticas. Muchas economías emergentes y fronterizas deben decidir entre aumentar los impuestos o recortar el gasto. Incluso dentro del G7, las batallas presupuestarias derribaron a un gobierno francés el año pasado, y la ministra de finanzas de Canadá recién renunció por disputas fiscales. Pocos países enfrentan un riesgo inminente de incumplimiento de su deuda soberana, pero las grietas en la estabilidad gubernamental socavarán la confianza de los inversionistas respecto a varios mercados.

#8: La IA sin límites. En 2024 se materializaron algunas iniciativas notables de gobernanza de la IA, pero, sin una aceptación sólida y sostenida de los gobiernos y las empresas tecnológicas, no serán suficientes para seguir el ritmo de los avances tecnológicos. El deterioro del estado de la cooperación global resultante del vacío de liderazgo del G-Zero agrava estos riesgos. El 2025 marcará otro período de desarrollo tecnológico incesante sin salvaguardas ni marcos de gobernanza adecuados. Dados los incentivos para construir una IA cada vez más poderosa, es probable que surjan restricciones significativas solo cuando los desarrolladores se topen con límites estrictos en el acceso a los datos, la computación, la energía o la financiación. Hasta entonces, las capacidades y los riesgos de la tecnología seguirán creciendo sin control.
#9: Espacios sin gobierno. La profundización del G-Zero deja muchos lugares en el mundo con un gobierno débil. El conflicto en Oriente Medio ha dejado espacios sin gobierno en Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Yemen. En África, las secuelas de la guerra en Etiopía y la guerra civil en curso en Sudán han empeorado las condiciones humanitarias. En Myanmar, más de tres millones de civiles han sido desplazados desde el golpe de Estado de 2021. En Haití, la agitación política, los disturbios civiles, la violencia de las pandillas y los desastres naturales agravan la miseria de su población. Estos espacios y personas desatendidos no plantearán riesgos geopolíticos más amplios en 2025, pero las consecuencias de la negligencia ocurrida durante tantos años se sentirán con el tiempo mucho más allá de los países directamente afectados.
#10: El enfrentamiento con México. Por razones obvias, este punto lo desarrollaré ampliamente. Ian Bremmer y Cliff Kupchan mencionan que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su partido Morena consolidaron un poder significativo tras ganar las elecciones del año pasado por un amplio margen. Aunque tiene un mandato claro y pocos límites en su poder ejecutivo, enfrentará enormes retos en 2025, especialmente en las relaciones con Estados Unidos, en un contexto de reformas constitucionales internas y tensiones fiscales.
Relaciones México-Estados Unidos. Las tensiones entre ambos países aumentarán con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a las importaciones mexicanas si México no controla el flujo de migrantes y fentanilo hacia su país, y un arancel del 100% a los autos mexicanos por el contenido de partes chinas. Sheinbaum ha adoptado un enfoque pragmático para enfrentar estos riesgos, destacando esfuerzos contra los carteles y la migración, y mostrando disposición a hacer concesiones en materia comercial contra China para evitar los aranceles estadounidenses.
Sin embargo, los desafíos serán más complejos que en el pasado. Durante la primera presidencia de Trump, las tensiones se contuvieron, pero ahora sus instintos de línea dura no estarán moderados por su gabinete, y los problemas —como el déficit comercial bilateral, la migración y la influencia china— se han intensificado. Las exigencias de Trump serán mayores, y Sheinbaum no podrá poner de pretexto que tiene restricciones políticas internas como excusa para no hacer lo que Trump le pida.
Tensiones comerciales y el rol de China. Trump exigirá que México limite las inversiones de empresas chinas que buscan acceder al mercado estadounidense desde México. También demandará términos más estrictos en las reglas de origen del sector automotriz. Aunque las inversiones chinas en México son relativamente bajas, las importaciones de productos chinos son significativas y están creciendo, lo que podría impactar el crecimiento económico y la inflación mexicana si se implementan medidas más restrictivas.

Migración y seguridad. Trump planea tomar medidas más estrictas contra la migración ilegal desde su llegada al poder, exigiendo que México haga más para frenar los flujos migratorios y de drogas. Además, sugiere imponer impuestos a las remesas —que representan el 4% del PIB de México— y usar activos militares estadounidenses contra los carteles, una medida que México considera una afrenta a su soberanía.
Renegociación del T-MEC. Otro punto crítico será la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las negociaciones serán más complejas que en 2017, debido a una burocracia comercial estadounidense más opaca y la posibilidad de que Canadá busque acuerdos bilaterales con Trump. Aunque es probable que el T-MEC sobreviva, el proceso será más combativo y prolongado, afectando las decisiones de inversión y el crecimiento mexicano en el corto plazo.
Cambios constitucionales en México. Internamente, las reformas constitucionales promovidas por AMLO y continuadas por Sheinbaum han debilitado la confianza de los inversionistas. Un cambio significativo será la elección directa de jueces federales a partir de 2025, lo que reducirá la independencia política del poder judicial y afectará el entorno empresarial.
No obstante, Sheinbaum ha optado por un gabinete tecnocrático y profesional, delegando autoridad a expertos, lo que podría reducir riesgos de políticas erráticas. Sin embargo, Morena, como un partido joven y confiado, podría cometer errores que no serían fácilmente corregidos por un sistema con contrapesos y equilibrios debilitados.
Panorama económico. México enfrenta un crecimiento bajo en el corto plazo, un entorno macroeconómico complicado y un déficit fiscal del 6% del PIB en 2024. Sheinbaum deberá realizar una consolidación fiscal políticamente difícil, a pesar de su prioridad en expandir los programas sociales. La incertidumbre en el clima de inversión dificultará la atracción de capital extranjero en sectores clave como infraestructura y energía.
Perspectiva a largo plazo. A pesar de estos desafíos, México tiene un futuro prometedor gracias a su demografía favorable, mano de obra económica y su integración con la economía estadounidense. También se beneficiará del nearshoring de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, para desbloquear este potencial, Sheinbaum deberá superar obstáculos importantes durante su primer año completo en el cargo.

Conclusiones
El informe Top Risks 2025 de Eurasia Group presenta un panorama geopolítico complejo, donde la falta de liderazgo global, tensiones comerciales y conflictos entre potencias como Estados Unidos y China marcarán el año. México, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, enfrenta retos significativos en su relación con EE.UU., especialmente ante el regreso de Donald Trump al poder, quien implementará medidas agresivas que pondrán a prueba la capacidad de negociación y gobernanza del gobierno mexicano.
En este contexto, México deberá navegar entre múltiples desafíos: evitar aranceles punitivos, responder a exigencias en migración y seguridad, combatir el narcotráfico y adaptarse a cambios en el T-MEC, mientras enfrenta una economía interna debilitada y reformas constitucionales que generan incertidumbre para los inversionistas nacionales e internacionales.
A pesar de los vientos en contra, las perspectivas a largo plazo para México son alentadoras gracias a sus ventajas estructurales, como la integración con la economía estadounidense, la juventud de su población y la oportunidad del nearshoring si se resuelven los cuellos de botella que lo limitan. No obstante, para desbloquear este potencial, Sheinbaum necesitará superar importantes obstáculos políticos y económicos en el corto plazo.
Es así que en un mundo G-Zero caracterizado por el vacío de poder, México deberá actuar con pragmatismo y visión estratégica para garantizar su estabilidad y desarrollo en un entorno de creciente incertidumbre global.
Alejandro Gómez Tamez*
Son tiempos de mucha incertidumbre y en GAEAP podemos mantenerte informado.
Director General GAEAP*
Suscríbete GRATIS a mi newsletter en Substack: https://economex.substack.com/
Sígueme en X: https://x.com/alejandrogomezt