El representante del Banco Mundial para México, Colombia y Venezuela, Mark Thomas, estimó que la relocalización de multinacionales en México ha impactado aproximadamente un 0.2% del Producto Interno Bruto (PIB).
Este efecto es más notable a nivel local, destacando a Monterrey y ciertas entidades del Bajío y la Frontera Norte como grandes beneficiarias.
Durante una entrevista con El Economista, Thomas subrayó la necesidad de abordar problemas regionales como la disponibilidad de agua y energía, el costo del suelo y la escasez de empleados calificados.
Aseguró que México no tiene competencia en América Latina y el Caribe para atraer inversiones que buscan relocalizar sus cadenas de suministro, conocido como nearshoring. Este proceso, influenciado por las relaciones entre Estados Unidos y China, coloca a México como un destino natural en el panorama global.
Sin embargo, la verdadera competencia de México radica en países como Vietnam, Taiwán y Corea del Sur.
Thomas destacó que el país necesita mejorar su productividad y aumentar la inversión para lograr trabajos más eficientes, señalando que no se puede separar la productividad de la inversión.
El experto también mencionó la escasa conversión de pequeñas empresas en grandes en México, atribuyendo esto a la falta de competencia en varios sectores, incluido el financiero.
Además, enfatizó que las pequeñas empresas tienen el potencial de contribuir significativamente al nearshoring, pero enfrentan barreras de acceso al financiamiento.
Por último, Thomas elogió la estrategia del nuevo gobierno para aprovechar las ventajas regionales y la vocación territorial, sugiriendo que es crucial entender los procesos geográficos para optimizar las oportunidades del nearshoring y fomentar la competencia de mercado mediante mejoras regulatorias y buenas prácticas en gobernanza de infraestructura.
Con información de El Economista.