El nearshoring se vislumbra como una oportunidad para fortalecer la economía mexicana, aunque su impacto real aún no se ha concretado.

Según el Banco de México (Banxico), se espera que esta ola de inversión tenga su mayor efecto en el país entre 2026 y 2030, como respuesta a la necesidad de relocalizar operaciones cerca de los mercados de consumo, fenómeno que se aceleró tras la pandemia.

El Reporte sobre las Economías Regionales de Banxico para el periodo abril-junio de 2024 indica que el 41.3% de las empresas encuestadas prevé que el mayor beneficio de la relocalización se materializará en ese intervalo de tiempo. 

A pesar de la expectativa positiva, el 31.6% de las empresas considera que los beneficios del nearshoring comenzarán a verse en 2025, mientras que el 11.2% anticipa efectos ya en 2024.

En el último año, el 12.9% de las empresas reportó beneficios directos de esta tendencia, un aumento respecto al 9.3% del periodo anterior. 

Las regiones norte y centro-norte del país son las más beneficiadas, aunque el nearshoring enfrenta retos como el deterioro de la seguridad pública, la inflación y fenómenos climáticos adversos.

Alejandrina Salcedo, directora de Investigación Económica en Banxico, comentó que “algunos factores están contribuyendo a impulsar la relocalización, así como retos asociados a la posición geográfica de México y sus tratados comerciales”. 

La reciente reforma al Poder Judicial también ha generado inquietudes sobre el Estado de derecho, y Banxico evaluará su impacto para asegurar un entorno favorable para la inversión.

Con información de Expansión.