México tendría acceso a una significativa bolsa de recaudación tributaria con la implementación del impuesto mínimo global, indicó Enrique Bolado Muñoz, director general de Tratados Internacionales para la Unidad de Legislación Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Durante su participación en la Cátedra SHCP, organizada por la Facultad de Economía de la UNAM, Bolado Muñoz recordó que México formaba parte del Plan BEPS de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este plan abordaba los retos tributarios surgidos del desarrollo de la economía digital.
Bolado Muñoz explicó que las empresas tecnológicas, como Google, Amazon, Netflix y Uber, generaban ingresos en diversos países sin pagar impuestos en ellos debido a la falta de presencia física, tributando solo en sus países de residencia, frecuentemente con bajas tasas impositivas.
Con este contexto, la OCDE comenzó a enfocarse en la economía digital, y durante los últimos diez años se trabajó en gravarla. Aunque se lograron avances como el impuesto mínimo global, aún eran necesarios más esfuerzos para implementarlo en los más de 140 países suscritos al acuerdo, incluido México.
“La OCDE estimaba que se reasignarían alrededor de 200,000 millones de dólares de utilidades cada año, una bolsa muy interesante a la que México tendría acceso”, comentó Bolado Muñoz. Sin embargo, la aplicación de un impuesto mínimo global del 15% debía ser aprobada en México por el Congreso de la Unión para su implementación.
G7 no avanza en el impuesto global
Los ministros de Economía del G7, reunidos en Italia, no llegaron a una conclusión sobre la aplicación del impuesto global a las multinacionales. Giancarlo Giorgetti, ministro de Economía italiano y presidente de la cumbre, explicó que el tema estaba en punto muerto.
“Existían diferentes puntos de vista sobre cómo abordar este asunto y las posibles represalias. Aunque estamos casi en punto muerto, debemos alimentar la esperanza”, admitió Giorgetti en la rueda de prensa final de la reunión en Stresa, a orillas del Lago Mayor. Mencionó las reservas de China e India y admitió que “se corría el riesgo de no cumplir el plazo de junio” para aplicar la propuesta de la OCDE de un gravamen del 15% sobre los ingresos brutos de las corporaciones internacionales en cada país.
En el documento final, solo se felicitó que “un número creciente de países aplicaran o comenzaran a aplicar el Segundo Pilar (del impuesto global) en su legislación nacional”. También se mencionó el apoyo al trabajo en curso para garantizar una aplicación coherente.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, explicó que “se podían dar nuevos pasos adelante en el G20 de Río de Janeiro, ya que la discusión involucraba más a países no miembros del G7 pero sí del G20”.
Con información de El Economista y Forbes
