La pandemia de Covid-19 impulsó el teletrabajo a nivel mundial, generando una ola de flexibilidad laboral. Sin embargo, a pesar de este experimento masivo, muchas empresas aún no han definido el modelo de trabajo más adecuado.
Según el informe “El futuro del trabajo: Esquemas de trabajo en Latinoamérica” de JLL, una buena parte de las empresas encuestadas planea migrar a nuevos esquemas de trabajo, de las cuales:
- 32% no lo tiene definido.
- 12% evalúa una transición a un modelo más presencial.
- 3% prevé una migración a un esquema más remoto.
La directora de Occupancy Planning de JLL, Nuri Mouriño, señaló que el 70% de las empresas enfrentan desafíos relacionados con sus políticas de trabajo. Entre los principales obstáculos para la transición a nuevos esquemas laborales se encuentran la baja asistencia en la oficina, la conexión con la cultura organizacional, la retención de talento y la falta de herramientas digitales.
El esquema híbrido es el más predominante en la región, triplicando su dimensión antes de la pandemia. Sin embargo, las empresas aún se enfrentan a desafíos para implementar estos modelos de manera efectiva.
Según el Workmonitor 2024 de Randstad, las dinámicas de trabajo flexible parecen ser permanentes, aunque hay un mayor interés en retornar a actividades presenciales.
En México, el 39% de las personas reporta que su empleador se ha vuelto más estricto respecto al retorno a la oficina.
La firma Robert Walters destaca la importancia de adaptarse a las nuevas formas de trabajo y sugiere realizar evaluaciones internas para definir modelos que satisfagan tanto a la empresa como a los colaboradores.
Con información de El Economista.