La industria automotriz fue crucial para evitar una caída en las exportaciones mexicanas en 2023, representando el 31.9% de las ventas externas totales. Sin este sector, las exportaciones habrían disminuido un 2.1% el año pasado.
Con un crecimiento interanual del 14.3%, la industria automotriz mexicana alcanzó los 188 mil 903 millones de dólares (mdd), contribuyendo al aumento total de las exportaciones mexicanas en un 2.6%, llegando a 593 mil 12 mdd.
Las exportaciones de vehículos y autopartes desde México se han destacado en la última década, casi duplicándose desde los 97 mil 781 mdd en 2013.
La participación de la industria automotriz en las exportaciones totales aumentó del 25.7% al 31.9%.
Fernando de Mateo, exembajador de México ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), señaló que las exportaciones mexicanas han sido clave en momentos de crisis económica.
Aunque reconoció una desaceleración en el comercio internacional, destacó la resiliencia de las cadenas globales de valor.
El T-MEC y su predecesor, el TLCAN, han sido fundamentales para la integración del mercado automotriz entre México, Estados Unidos y Canadá, ya que la demanda estadounidense sigue siendo crucial para la industria automotriz en estos países.
EU es el mayor importador de repuestos para automóviles de México y el cuarto mayor productor mundial de estos repuestos.
Entre 2018 y 2022, las importaciones estadounidenses desde México aumentaron en un 8.8%, alcanzando los 58 mil 300 mdd.
A pesar de la pandemia y la escasez de chips semiconductores, las importaciones estadounidenses de automóviles desde México y Canadá han experimentado cambios. México y Canadá contribuyeron con el 45.7% de las importaciones automotrices estadounidenses en 2022.
Sin embargo, algunas métricas de la competitividad automotriz estadounidense muestran un panorama mixto desde la entrada en vigor del T-MEC en 2000.
Por ejemplo, entre 2018 y 2022, la participación de la producción nacional de piezas en el consumo estadounidense disminuyó en 3.1%, indicando una posible disminución en la competitividad de las piezas estadounidenses frente a las importadas.
Además, la proporción de importaciones de automóviles estadounidenses desde Canadá y México que no reclamaron la preferencia arancelaria del T-MEC aumentó significativamente.
Con información de El Economista.