El INEGI recién informó que la economía nacional habría crecido a tasa anual, a un ritmo de 3.1% en noviembre y de 2.6% en diciembre de 2023. Con esto, el Producto Interno Bruto de México (PIB) habría aumentado cerca de 3.4% en 2023. Esta es una tasa que nos pone en un nivel de actividad económica 3.2% superior al prepandemia de 2019, aunque nos deja en una posición todavía un 3.7% por debajo del nivel de PIB que deberíamos tener si no hubiera habido crisis económica y hubiéramos continuado con una tasa de crecimiento inercial del 2.0% anual.
De la mano de la recuperación de la actividad productiva, ha estado una positiva evolución del consumo privado en el mercado interior, el cual en el acumulado de los primeros diez meses de 2023, observa un crecimiento anual real de 4.1%, lo que lo coloca en un nivel 5.6% por encima del nivel prepandemia. A simple vista, este aumento de 4.1% en el periodo de enero a octubre de 2023, es una magnífica noticia, pero al analizar las cifras a detalle, vemos que no lo es tanto, ya que los mexicanos nos hemos volcado a consumir cada vez más productos importados, que en su mayoría provienen de Asia. Esto implica que lo Hecho en México ha perdido participación en el mercado interno.
La preferencia por los productos importado sobre los nacionales queda evidenciada al ver que en el acumulado de los primeros diez meses de 2023 el consumo de bienes nacionales creció a una tasa anual de apenas 0.3%, mientras que el consumo de bienes importados se elevó un escandaloso 18.4%. Las cifras son aún más alarmantes al ver que en el comparativo del periodo de los primeros diez meses de 2019 a los mismos meses de 2023, el consumo de bienes nacional se elevó 2.6%, mientras que el de bienes importados creció 33.2% ¿Es sano que en un país el consumo de bienes importados crezca a una tasa más de 12 veces superior a la de consumo de bienes nacionales?
Entrando en el detalle de la evolución del consumo de bienes nacionales, vemos que, en el comparativo del acumulado de los primeros diez meses de 2022 a los mismos meses de 2023, si bien el consumo total de estos bienes creció 0.3%, el de bienes duraderos (ej. Electrodomésticos) se elevó 13.5%, el de semi duraderos (ej. Ropa y calzado) 2.1%, mientras que el de no duraderos (ej, la despensa) cayó -1.6%. Tomando en consideración un periodo más amplio, vemos que de los primeros diez meses de 2019 a los mismos meses de 2023, el consumo de bienes duraderos creció 6.9%, el de semi duraderos disminuyó -3.8%, mientras que el de no duraderos aumentó 3.5%.Esto implica que con respecto a antes de la pandemia, en promedio ha aumentado el consumo de todos los bienes hechos en México, salvo por los no duraderos, lo que en parte explica la delicada situación por la que atraviesan sectores como textil, vestido y calzado.
Ahora veamos a detalle las alarmantes cifras de crecimiento del consumo de bienes importados. En el comparativo de los primeros diez meses de 2022 a los mismos meses de 2023, el consumo de bienes importados creció 18.4%, lo que es producto de que los duraderos crecieron 24.6%, los semi duraderos 10.9%, mientras que los no duraderos 17.9%. Analizando un periodo más amplio, de los primeros diez meses de 2019 a los mismos meses de 2023, vemos que el consumo total de bienes importados se elevó 33.2%, producto de que el de los duraderos aumentó 28.8%, el de los semi duraderos 32.5%, mientras que el de los no duraderos lo hizo en 36.5%.
Al ver estas cifras, reitero que el principal problema es que en el mercado interior, los productos importados le han ganado participación de mercado a los nacionales. Esto implica que si bien la industria manufacturera en México se ha expandido, lo ha hecho a una tasa menor de lo que pudo haber sido.
Ahora bien, es importante que quede claro que no hay nada ilegal en el hecho de que el consumo de bienes importados crezca 12 veces más rápido que el de bienes hechos en México, pero lo que si es un problema es que buena parte de esta evolución se debe a que muchos productos ingresan al país en condiciones de competencia ilegal y desleal. Veamos algunos ejemplos:
Los cuatro jinetes del apocalipsis
Contrabando técnico
Los sectores productivos han denunciado en muchas ocasiones que las aduanas del país son porosas ya que se permite la importación de productos con precios que no cubren ni los costos de las materias primas utilizadas en su fabricación. Esto sucede porque los importadores declaran precios ridículamente bajos de las mercancías que pretenden importar con el fin de evadir el pago de los impuestos a la importación y al valor agregado. Es así que un par de zapatos que les costaron 15 dólares, los declaran con un precio de 1 dólar, y de esta manera pagan sólo una minúscula fracción de lo que debieron pagar, lo que a su vez les da una ventaja en el mercado interno respecto de los fabricantes nacionales.
Otras formas de realizar contrabando técnico, consisten en declarar una menor cantidad de productos respecto de lo que verdaderamente se quieren importar. Por ejemplo, si en un contenedor traes 10 mil camisas, pones en el pedimento de importación que son 3 mil, y así pagan menos impuestos. Y una forma adicional de realizar contrabando técnico es a través de la incorrecta clasificación arancelaria, clasificando tus mercancías en fracciones con menores tasas de impuesto. Por ejemplo, la mercancía que quieres importar debe pagar un impuesto de 30%, pero la clasificas en una de un producto similar que solo paga un arancel del 20% o menos.
Contrabando bronco
También existe el contrabando bronco, el cual se lleva a cabo mediante la introducción de mercancías al país sin declararlas en ningún lado, ya sea porque e la aduana ni siquiera registran su entrada porque hay un acto de corrupción o bien, se da como contrabando hormiga a través de miles de carros y camionetas repletas de mercancías que cruzan la frontera todos los días. Dado que ya no existen las garitas, esa mercancía que entró supuestamente para consumo en la franja fronteriza es movilizada al interior del país y termina en los mercados públicos y tianguis.
Importaciones vía empresas de mensajería
Otra manera como están ingresando millones de productos al año al país, sin pagar ninguna clase de impuestos, es a través de las empresas de mensajería aprovechando del Régimen Simplificado de importación vía empresas de paquetería o correos, o mejor conocido como de minimis.
De acuerdo con un estudio por parte de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), sin tomar en cuenta las cifras del Sistema Postal Mexicano (SEPOMEX), se estima que por empresas de mensajería, en el año 2022 se importaron a México 823,419 pedimentos con clave T1, con aproximadamente 253 millones de unidades de mercancía y un valor de $2,695 millones de dólares. Como referencia, en el año 2020 fueron 122 millones de unidades de mercancía con valor de $1,228 millones de dólares, por lo que es evidente el incremento en la importación por esta vía.
Se estima que en el 2023 fueron más de 300 millones de unidades de mercancía con un valor superior a los $3,000 millones de dólares. Desde luego, si tuviéramos cifras de SEPOMEX, la cantidad sería aún más escandalosa.
En México, dependiendo del valor declarado de la mercancía contenida en el paquete, el Proceso Simplificado de importación puede disminuir o exentar al envío del pago de aranceles e impuestos, del cumplimiento de normas y estándares técnicos y de la entrega de información relevante sobre el producto a importarse:
importaciones menores o iguales a $50 USD se encuentran libre de impuestos, regulaciones y restricciones no arancelarias.
Importaciones entre $50 y $117 USD que provengan de la región T-MEC, se les aplica una tasa del17%.
lmportaciones mayores de $50 y menores a $1 ,000 USD, se les aplica una tasa del 19%.
lmportaciones por arriba de $1,000 USD, pagan un impuesto global de 20%.
En contraste, las importaciones realizadas por el esquema aduanero tradicional pagan un máximo de 51% (30% arancel + 16% IVA)
El problema es que este esquema fue diseñado para el envío de muestras comerciales, regalos privados y documentos con una mínima carga regulatoria y fiscal, pero que hoy en día se usan masivamente para la importación de mercancía comercial en paquetes de bajo volumen sin cumplir con los requisitos (incluidas las NOMs) y los pagos al erario público a los que sí están sujetas las importaciones realizadas por la vía tradicional.
Que las empresas usen de manera errónea el Proceso Simplificado de importación, reduce los ingresos fiscales del Estado mexicano.
Se estima que si durante 2020, |os sectores de Confecciones y Calzado hubieran utilizado el Procedimiento Simplificado de importación para pagar una menor cantidad de impuesto, el SAT hubiera tenido una pérdida fiscal aproximada de $27 mil millones de pesos.
Dumping
Finalmente, tenemos la entrada de mercancías al país que tampoco cubren los costos de fabricación, pero no porque los importadores estén subvaluando los productos, sino porque el país vendedor, muchas veces China, los vende a esos precios bajos. Aunque se le quiera conferir el estatus de economía de mercado, China no lo es, por lo que muchos de sus precios de exportación muchas veces están distorsionados y no reflejan lo que verdaderamente cuesta producir las cosas. Es así que un par de zapatos que cuesta producirse 10 dólares en Indonesia o 12 dólares en Brasi, China los puede vender a 4 dólares.
Entonces estos productos dumpeados entran a México, desplazando a fabricantes nacionales y causando un daño sustancial a diversas ramas de actividad manufacturera.
Conclusiones
El crecimiento en el consumo de bienes importados a una tasa muy superior a la del consumo de bienes nacionales es un tema preocupante para el sector privado y también debería serlo para las autoridades federales, sobre todo porque muchos de estos productos entran al país en condiciones de competencia desleal e ilegal. Estas importaciones reducen la capacidad de crecimiento de la manufactura nacional y la correspondiente creación de empleos. La pérdida de participación de mercado de los productos nacionales también es preocupante porque no podemos convertirnos en un país sin industria porque si se pierden estos empleos, se afectará al mercado interno y a las demás actividades económicas como el comercio y servicios. O sea, no es un tema de proteccionismo, sino de construir una cancha pareja para competir en la que los productos nacionales compitan en igualdad de condiciones con los extranjeros, pero no sobre la base de un precio que se obtiene de manera ilegal o desleal.
Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
alejandro@gaeap.com
En X: @alejandrogomezt