Firmas en México, desde inmobiliarias hasta grupos financieros y hoteleros, apuestan al fenómeno del nearshoring para fortalecer la economía local, aunque señalan que falta promoción para aprovecharlo..

El Gobierno prevé que este traslado de la producción de grandes corporaciones hacia México podría aumentar el PIB en hasta 1.2 puntos porcentuales. Sin embargo, se enfrentan a desafíos como la inseguridad y la disponibilidad de agua y energía.

Empresas como Tesla están invirtiendo miles de millones de dólares en México, atrayendo inversiones chinas y respaldo gubernamental. 

La inmobiliaria Fibra Uno planea capitalizar el impulso del nearshoring en los próximos 15 años. La demanda de espacios industriales e inmobiliarios está en aumento, con pronósticos optimistas para el futuro.

A pesar de los desafíos, México está atrayendo inversiones debido a los salarios competitivos, su ubicación cercana a Estados Unidos y las tensiones comerciales entre este país y China. 

Falta promoción para atraer nearshoring

De acuerdo con Shannon O’Neal, vicepresidenta de Estudios del Consejo de Relaciones Exteriores en Estados Unidos, las empresas asiáticas desconocen a México como destino para relocalizar sus operaciones. 

A pesar de la ventaja geográfica y el T-MEC, México enfrenta un déficit en la promoción de comercio e inversiones en naciones asiáticas. 

O’Neal destacó la falta de presencia mexicana en lugares clave y la necesidad de campañas promocionales. 

La comunidad empresarial y los representantes gubernamentales deben colaborar para atraer inversiones y fortalecer la cadena de suministro en México.

En este contexto, el presidente de la Coparmex, José Medina Mora, enfatizó la importancia de hacer que México sea considerado en la relocalización empresarial. 

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé una aceleración en la relocalización de cadenas globales de valor, particularmente en tecnología y transición energética. 

Aunque la proximidad geográfica del comercio manufacturero se ha mantenido estable, la proximidad política ha aumentado, indicando una preferencia por socios con valores similares en el comercio bilateral. 

Se espera que esta tendencia continúe debido a los esfuerzos de las economías occidentales por reducir su dependencia de China en sectores estratégicos.

Con información de Reforma y El Economista.