Durante el primer cuatrimestre del año en curso, los estados de la región sur-sureste de México emergieron como líderes en el resurgimiento de la actividad industrial tras la pandemia.
Según cifras desestacionalizadas proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Tabasco sobresalió con el mayor incremento en la producción industrial, marcando un crecimiento del 49.4% entre los primeros cuatro meses de 2019 y el mismo período en 2023. Este éxito se debió a notables avances en los sectores de construcción y minería.
La reactivación industrial en Tabasco fue impulsada en gran medida por la implementación de la refinería de Dos Bocas. El profesor Héctor Magaña, de la sede Estado de México del Tecnológico de Monterrey, destacó la influencia sustancial de esta construcción en la actividad económica de la región. No solo la industria de la construcción se vio beneficiada, sino también las actividades conexas, desde el suministro de materias primas hasta la provisión de trabajos especializados en la edificación.
Kristobal Melendez, analista económico y financiero, señaló que el repunte en los precios del petróleo tuvo un impacto directo en la actividad industrial de Tabasco, dada su condición de estado petrolero. Este fenómeno se tradujo en un crecimiento industrial evidente.
El segundo lugar en el crecimiento industrial postpandemia lo ocupó Oaxaca, con un ascenso del 27.8% en el primer cuatrimestre. La construcción fue el motor primordial de este aumento, registrando un impresionante incremento superior al 70%. Esto se atribuyó al desarrollo del Corredor Interoceánico.
Chiapas se ubicó con un aumento del 23.9%. En este estado, todos los sectores industriales exhibieron tasas positivas de crecimiento. Según Héctor Magaña, esta situación puede entenderse considerando el contexto. Durante los años de la pandemia, Oaxaca y Chiapas experimentaron caídas notables en la actividad industrial. Al comparar estos periodos con avances incluso de magnitud modesta en tiempos más recientes, se generan tasas de crecimiento elevadas.
Con información de El Economista