En el marco del foro “Entendiendo los desafíos e incertidumbres en medio de las oportunidades”, organizado por Fitch Ratings, el director de esta agencia calificadora, Rogelio González, destacó que en el corto plazo, tanto este año como en el 2024, se prevé una sólida estabilidad en el perfil crediticio de las empresas mexicanas, gracias a las ventajas que ofrece el fenómeno del nearshoring.
El nearshoring, proceso de relocalización de las cadenas productivas de las empresas hacia México, ha impulsado un mayor ritmo de inversión extranjera y privada en el país. Aunque aún no se ha materializado plenamente en la generación de flujo libre para las empresas, se estima que sus efectos comenzarán a ser evidentes en los próximos meses.
“En nuestro portafolio de corporativos en México vemos que el nivel de apalancamiento neto va a estar relativamente estable, alrededor de dos veces deuda/EBITDA -este es un nivel bajo a moderado de endeudamiento-“, explicó Rogelio González durante su participación en el foro.
El director de Fitch Ratings señaló que debido al alto nivel de la tasa de interés en México, actualmente en 11.25%, las empresas con menor solidez financiera buscarán fondearse en el mercado nacional. Mientras tanto, las compañías más sólidas podrán acudir tanto al mercado local como al internacional para financiar sus operaciones y proyectos.
Los sectores que están experimentando mayores necesidades de inversión debido al nearshoring son principalmente la manufactura, con énfasis en el ramo automotriz, autopartes, maquinaria, equipo médico y electrónico, así como en bienes raíces industriales y transporte, entre otros.
Rogelio González recordó que en el primer trimestre de este año, la Inversión Extranjera Directa (IED) en México aumentó alrededor del 48%, alcanzando los 18,000 millones de dólares, en comparación con el mismo período del 2022.
Se prevé que a medida que las empresas comiencen a aprovechar plenamente las oportunidades generadas por el nearshoring, las inversiones aumentarán con una dinámica cada vez mayor en los próximos tres a cuatro años, lo que contribuirá al crecimiento económico del país.
En conclusión, el fenómeno del nearshoring ha generado un entorno favorable para el perfil crediticio de las empresas mexicanas en el corto plazo, con perspectivas de mayor estabilidad financiera y crecimiento en las inversiones a mediano plazo.
Con información de El Economista