El investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Raúl Feliz, señaló que la apreciación del peso tiene impactos diferenciados en el comercio exterior.
Para los exportadores de materias primas, como el aguacate, el mayor valor del peso frente al dólar implica que sus exportaciones valgan menos en términos de la moneda estadounidense.
Por otro lado, para los importadores de gasolina, sus ingresos en pesos por la venta de este combustible en México le rendirán más para las compras de ese producto en Estados Unidos.
En un punto intermedio están los productores de manufacturas, una gran mayoría de los cuales importan insumos desde Asia para producir bienes finales en México y exportarlos a Estados Unidos.
Lo anterior debido a que en Asia las monedas se han depreciado frente al dólar, alrededor de 10% en el caso del yen y 7% en el del renminbi.mientras que el peso ha cotizado alrededor de 17 unidades por dólar, un nivel no visto desde el 7 de diciembre del 2015.
Entre enero-mayo de este año, la balanza comercial de México registró un déficit de 6 mil 382 millones de dólares (mdd), de acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico).
Las exportaciones totales sumaron 240 mil 168 mdd contra los 246 mil 550 mdd de importaciones.
Por otro lado, la economista en jefe de Finamex, Jessica Roldán, una moneda fuerte puede ayudar a disminuir las estructuras de costos, lo que puede beneficiar al consumidor mexicano, vía menores precios. “Posiblemente esa es una de las razones por las que vemos que algunos rubros del índice nacional de precios al consumidor (INPC) han tenido un mejor comportamiento”, agregó la especialista.
Las importaciones intermedias no petroleras de México representan más de 70% del total de las compras internacionales. Al sumar las importaciones de capital supera alrededor de 82% de las importaciones totales, dijo por su parte Víctor Ceja, economista en jefe de Valores Mexicanos (Valmex).
El fortalecimiento del peso frente al dólar es positivo para el país, en la medida que no afecte la estabilidad financiera, el empleo, las exportaciones y otros indicadores clave de la economía mexicana.
En esta coyuntura, Feliz consideró que en México se debe invertir y consumir más, incrementando la demanda doméstica.
Superpeso exige a México aumentar su productividad
En este contexto, Roldán apuntó que la mejor manera para que las ventas al exterior no se vean tan afectadas por el superpeso es con aumentar la productividad:
“Es la clave para que los productos mexicanos continúen siendo competitivos a nivel global. Para que eso suceda se requieren de políticas económicas que tardan en surtir efecto”, expuso.
La reconfiguración de las cadenas de suministro y la relocalización que se está dando, de la cual México se ha visto beneficiado, puede ayudar a una mayor productividad, vía mano de obra calificada, agregó.
A una economía como la de México, que importa bienes intermedios (189 mil 3 mdd dólares de enero a mayo) para exportar productos terminados, lo que se tiene que buscar es un déficit relativamente pequeño y que se financie a través de inversión extranjera directa, según los economistas entrevistados por Expansión.
Cuando se ha registrado un superávit para la economía mexicana ha sido en situaciones malas, debido a la falta de demanda externa de productos mexicanos, recordó Víctor Ceja.
¿Qué sigue para el superpeso?
Los especialistas coincidieron que en el corto plazo el superpeso se mantendrá en estos niveles frente al dólar, pero se estima que al cierre de año el tipo de cambio llegue a niveles de los 18 pesos.
En tanto que se anticipa que para el próximo año, el peso se llegaría a niveles de 18.50 o incluso 19 pesos por dólar.
Aunque se espera una recesión poco profunda y de corta duración de Estados Unidos hacia mediados de 2024, hasta entonces habrá demanda de productos mexicanos, particularmente automóviles.
Con información de El Economista y Expansión.