La desglobalización trae oportunidades para la economía de México

Las empresas buscan acercar los centros de fabricación a los mercado nearshoring, lo que brinda a México la oportunidad de beneficiarse.

En un escenario de desglobalización, México se encuentra en una encrucijada con la posibilidad de capitalizar las nuevas dinámicas de reconfiguración económica y comercial a nivel mundial. 

Gabriel Casillas, economista en jefe para América Latina de Barclays, destaca que el mundo está experimentando un proceso de desglobalización, con implicaciones negativas y positivas. 

A pesar de este movimiento hacia la desglobalización, Aribel Contreras, coordinadora de la licenciatura en Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, sostiene que la globalización continúa, pero toma nuevos matices y ritmos. 

En su libro “The Globalization Myth”, Shannon K. O’Neil, vicepresidenta de Estudios Nelson y David Rockefeller para Latinoamérica del Council on Foreign Relations (CFR), advierte sobre la formación de tres grandes bloques regionales: Norteamérica, Europa y Asia, en los que la manufactura se posiciona como una actividad predominante.

Oportunidades para México

Durante la era de la globalización, muchas fábricas se trasladaron a China en busca de costos laborales más bajos, pero la pandemia reveló la fragilidad de estas cadenas de producción y suministro a larga distancia. 

Ahora, las empresas buscan acercar los centros de fabricación a los mercados (nearshoring), lo que brinda a México la oportunidad de beneficiarse al contar con una ubicación geográfica cercana a Estados Unidos, una economía pujante y poderosa.

Mario Correa, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), destaca que Estados Unidos necesita trabajadores y energías limpias, lo que puede generar oportunidades para México en la generación y suministro de energías renovables. 

Sin embargo, se requiere una política energética diferente para aprovechar plenamente estas oportunidades. 

Además, se menciona la importancia de desarrollar estudios prospectivos y estrategias a largo plazo para determinar los sectores y actividades en los que México debe enfocarse para atraer inversiones, como las nuevas tecnologías y la fabricación de semiconductores.

Por otro lado, se reconoce que México enfrenta desafíos para diversificar sus relaciones comerciales más allá de Estados Unidos, ya que la economía está estrechamente vinculada a su vecino del norte. 

Aunque existe la posibilidad de tener una agenda política cercana a la Unión Europea y a China, se destaca la importancia de mantener cautela y mesura en el manejo de estas relaciones para evitar conflictos con Estados Unidos.

Con información de Expansión.