El presidente de la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por su sigla en inglés), José Antonio Ocampo, calificó como baja a la tasa del 15% de impuesto mínimo corporativo mundial, acordada por los 130 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el pasado 1 de julio.
“Una tasa de 15% es muy baja porque América Latina tiene una tasa promedio de 26%. La tasa efectiva de la región es de alrededor de 20%, entonces 15% es más cercano a los paraísos fiscales (que pueden ser Suiza o Irlanda en Europa)”, manifestó.
Además, indicó que no refleja las demandas que los países en desarrollo hicieron de una mayor y más justa reasignación de los derechos fiscales para las empresas más grandes y rentables, y de un impuesto mínimo global elevado, cuya tasa pertinente la consideran en 25%.
Sobre el acuerdo de tributación la OCDE planteó que éste tiene dos pilares:
- Garantizar una distribución más justa de las utilidades y los derechos tributarios entre los países con respecto a las empresas multinacionales más grandes sin importar si tienen o no una presencia física en las naciones.
- Establecer una base mínima a la competencia fiscal en materia de impuestos sobre la renta de las empresas, mediante la puesta en marcha de un impuesto mínimo de 15% a nivel mundial que los países puedan utilizar para proteger sus bases impositivas.
En este sentido, Ocampo comentó que el Pilar Uno es muy pobre porque solamente se aplicará a multinacionales que tengan niveles de venta de más de 24 mil millones de dólares (mdd) y con utilidades de al menos 10%, es decir, solo aplicará a 100 multinacionales y se les puede gravar de 20 a 30%.
Sobre este tema, el Tax Justice Network estimó que si se estableciera una tasa mínima empresarial mundial de al menos 21%, como propuso la administración de Joe Biden, los ingresos adicionales mundiales superarían 500 mil mdd.
Por su parte, el Observatorio Fiscal Europeo sostiene que el impuesto mínimo global con tasa de 15% generaría una recaudación de 48 mil millones de euros.
No fueron escuchados
José Antonio Ocampo puntualizó que las discusiones para instaurar este acuerdo no consideraron el punto de vista de los países en desarrollo.
“Lo que acordó el G7 hace dos semanas fue lo que se aprobó el primero de julio, no se tuvo el punto de vista de otros” señaló.
Con información de El Economista.