De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI la recuperación del mercado laboral se frenó y comenzó a mostrar algunos signos de deterioro en noviembre, pese a que la tasa de desocupación se redujo de 4.7 a 4.4% respecto de lo observado en octubre.

Lo anterior se debe a una disminución en la Población Económicamente Activa (PEA). En suma, 226 mil personas salieron de la PEA y 349 mil regresaron a la inactividad laboral, el primer retroceso reportado desde mayo. Además, el número de ocupados disminuyó en 34 mil 500 personas en noviembre. Con estos ajustes, la tasa de participación económica pasó de 57.4 a 56.8% en un mes.

La tasa de desempleo extendido se ubicó en 18.1% en el periodo de referencia, un avance mensual de 0.2 puntos y 6 puntos por arriba de lo observado en marzo antes de que iniciara la suspensión de actividades económicas no esenciales por la pandemia.

Por su parte, la informalidad aumentó nuevamente para totalizar 142 mil 200 personas que laboran sin prestaciones ni seguridad social. Con este resultado se hilaron siete meses de crecimiento.

En tanto, INEGI reportó que en noviembre se redujo en 487 mil el número de personas con una jornada de trabajo completa y aumentó en 346 mil el número de trabajadores que laboran menos de 15 horas a la semana. Esta variación llevó a que la tasa de subocupación pasara de 15 a 15.9%.

Este comportamiento de la ocupación implicó que la brecha laboral, que mide la necesidad más amplia de empleo, y que abarca a personas desocupadas, subocupadas e inactivas disponibles, se incrementara de 30.2 a 31.1% de la fuerza de trabajo, el primer repunte de este indicador desde junio, expone información de El Economista.

Por sectores, se reportó un incremento de 266 mil trabajadores en la construcción; mientras que para el sector servicios, de los 12.5 millones de personas que salieron de la PEA en abril, 9.6 millones ya han retornado a una ocupación.

Síntomas de deterioro

La directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza, refirió que los datos presentados por la ENOE reflejan un deterioro del mercado laboral mexicano.

En noviembre se observó un retroceso en el mercado de trabajo, el cual podría profundizarse con los nuevos confinamientos. Esta tendencia confirma que la reactivación del empleo podría tener una tendencia en forma de “W”, con una segunda caída en puerta y, posteriormente una nueva recuperación, expuso la especialista.

Agregó que estas cifras muestran que el desempleo puede ser estructural y de largo plazo, toda vez que el incremento en las tasas de subocupación y de informalidad reflejan el avance en la precarización del mercado y un impacto en los ingresos de las familias mexicanas como consecuencia.

Con información de El Economista.