Dado que en la mayoría de los países de América Latina el trabajo doméstico no se encuentra regulado y se recarga de manera desproporcional en las mujeres, especialistas en economía coincidieron en que la aplicación de políticas públicas que atiendan esta problemática de disparidad implicaría un importante avance en el mercado laboral y sería un catalizador para la recuperación económica de la región ante la fuerte recesión generada por la pandemia.
Al respecto, la titular de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, hizo un llamado para revalorizar este trabajo, distribuirlo equilibradamente y reducir la carga de trabajo no remunerado, a fin de encaminar políticas que regulen el trabajo doméstico remunerado vía la universalización de la seguridad social y la integración de sistemas formales laborales para este tipo de trabajadores.
Por otro lado, estas leyes deben desarrollar alternativas que redistribuyan estas actividades no remuneradas al interior de los hogares, a través de mecanismos como licencias extendidas de paternidad y la promoción de una mayor integración de los hombres en las actividades del hogar.
Lo anterior, además de subsanar las problemáticas del sector, será positivo para las economías al incidir de manera directa en la participación de las mujeres en el mercado laboral y en su desarrollo educativo y profesional, señaló la directora.
Por su parte, la directora regional de ONU Mujeres, Ana María Noel, recalcó la necesidad de acabar con la precariedad, desigualdad, exclusión y pobreza; por lo que las políticas públicas que se implementarán en el proceso de recuperación económica deben contemplar la perspectiva de género, igualdad social y derechos humanos.
En tanto que la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, Eli Gómez Alcorta, comentó que “la inversión en el sector de cuidados reduce desigualdades económicas y a la vez promueve el desarrollo sostenible”.
En México las actividades domésticas tienen un valor económico que es equivalente al 23% del PIB nacional; y se ha registrado también una tendencia creciente de dicha generación económica (formal e informal) del sector, señala información de El Economista.
A pesar de lo anterior, estos esquemas laborales continúan presentando problemáticas de precariedad laboral y desigualdad. La crisis debe entenderse entonces como una oportunidad para fortalecer las políticas de cuidados en la región, desde un enfoque sistémico e integral para que la recuperación económica sea verdaderamente sostenible en el mediano y largo plazo, coincidieron las expertas.
Además convergieron en la necesidad de integrar este sector entre los indispensables para el desarrollo social. El acceso y la regularidad en los sistemas de cuidados deben estar en la misma prioridad que la educación, la salud y la seguridad social.
Con información de El Economista.