La guerra comercial que libran Estados Unidos y China desde el mes de mayo, cuando se aplicaron tarifas arancelarias mutuamente tras no llegar a un acuerdo en sus negociaciones, está afectando económicamente a la industria en la Unión Americana pero abriendo una oportunidad para México que se ha convertido en su principal socio comercial.
Al respecto, la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM, por sus siglas en inglés) advirtió que si Estados Unidos aplica la cuarta fase arancelaria contra bienes provenientes de China, se crearía un efecto dominó que afectaría a la industria de ese país.
En una carta enviada a la Casa Blanca, la NAM señala que la escalada en las tensiones está teniendo un impacto en una gama de productos e industrias, por lo que la lista 4 afectará a una amplia variedad de fabricantes, que ya están lidiando con los costos operativos y la incertidumbre comercial que resultan de las tarifas de las listas 1, 2 y 3.
Por lo anterior, esta asociación pidió al presidente Donald Trump llegar a un acuerdo con China, pues muchos de los productos de ese país son componentes de sus cadenas de suministro, de modo que precios más altos o su escasez, tendrán un efecto dominó para los proveedores y clientes.
Según lo publicado por El Economista, la imposición de aranceles a los productos de la lista 4 tendría un impacto significativo en más de 10 mil millones de dólares (mdd) en importaciones de bienes de capital, en casi 28 mil mdd en importaciones de bienes intermedios utilizados en la actividad manufacturera, así como cerca de 190 mil mdd en materias primas, bienes intermedios o equipos de capital de China relevantes para la fabricación en Estados Unidos.
Aumentar los aranceles haría más caro y menos competitivo fabricar en Estados Unidos, afectando la producción, el capital, la inversión y los empleos, al tiempo que obliga a los fabricantes a ceder terreno a sus competidores en el extranjero, explicó la NAM.
En este sentido, el experto en comercio exterior, Luis Alberto Quiroz Martínez, explicó que existe un área de oportunidad muy buena para México pues, al encarecerse algunos productos chinos por la carga arancelaria, las industrias norteamericanas pueden sustituirlos por insumos idénticos o de características similares de nuestro país.
En este punto coinciden socios del Management Consulting en PwC, exponiendo que esta situación también daría la pauta para que empresas chinas expandieran sus líneas de producción en México, aprovechando las reglas de origen del, aún vigente, Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ya que lo manufacturado en nuestro país no sería de origen chino sino mexicano.
Advirtieron que esta área de oportunidad debe manejarse con cautela para que Estados Unidos no lo vea como algo contraproducente para su economía, señala El Financiero.
No obstante, este conflicto podría relentizar el objetivo de diversificación comercial de México al hacer a Estados Unidos más dependiente de los insumos producidos en nuestro país que, durante el primer trimestre de este año, se posicionó como su principal socio comercial.
Para que esto no ocurra, México deberá implementar una estrategia para incrementar la relación que tiene como parte de instrumentos comerciales a los que pertenece y que lo colocan en una posición favorable para intercambiar sus productos a nivel internacional.
Entre estos acuerdos destacan el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), integrado por más de 10 de 4 regiones geográficas (Norteamérica, Sudamérica, Oceanía y Asia); el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
Con información de El Economista y El Financiero.