Ya sea de forma pública o por medio de trascendidos, a medida que pasa el tiempo, son más los organismos empresariales y figuras públicas que se oponen a la medida anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 5% a la importación de productos provenientes de México como represalia por no controlar la migración de personas indocumentadas en la frontera entre ambos países.

La Asociación Nacional de Manufactureros en Estados Unidos (NAM, por sus siglas en inglés) afirmó que esta medida sería devastadora para los fabricantes en Estados Unidos y para los consumidores estadounidenses.

Este organismo, que representa a 14 mil compañías, se ha sumado a los esfuerzos para asegurar la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el anuncio de esta medida pone en peligro ese acuerdo y los 2 millones de empleos de manufactura que dependen del comercio de América del Norte.

Por otra parte, el vicepresidente ejecutivo y director de políticas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Neil Bradley, afirmó que están explorando caminos legales y manteniendo las opciones abiertas para hacer frente a esta situación.

Los gravámenes iniciarían de forma gradual a partir del 10 de junio. El anuncio se dio horas después de que la Casa Blanca iniciara una acción para acelerar la votación en el Congreso sobre el T-MEC; y ha afectado a los activos financieros mexicanos y a bolsas internacionales.

Ante esto, la televisora norteamericana CNBC dio a conocer que tanto el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, no estuvieron de acuerdo con Donald Trump sobre el anuncio de la imposición de aranceles a todos los productos mexicanos.

Cabe destacar que la medida ha sido criticada, pues supondría un costo para las empresas estadounidenses, los agricultores y los consumidores, adicional a lo ocasionado por la guerra comercial con China.

Con información de El Financiero, Forbes y El Economista.