De acuerdo con cifras del Inegi y Statistics Canada, en 2018 las exportaciones mexicanas superaron por primera vez a las de Canadá y así pasó del treceavo lugar al doceavo con mayor número de exportaciones.
En 2017 Canadá superó a México con apenas 11 millones más, el país canadiense tuvo 421 millones de dólares (mdd) y el país mexicano 409 mdd. Para 2018, México exportó 450 mdd, mientras que Canadá 449 mdd.
“El comercio es dinámico, hay algunos años donde un país exporta más y otros donde exporta menos. Lo que sí estamos viendo es una integración de alto valor entre los dos países y dónde se van a ver estos incrementos o bajas dentro de los dos países”, comentó a El Economista, Miguel Noyola, socio de Baker McKenzie en Chicago, Estados Unidos.
Si se compara el crecimiento interanual, las exportaciones mexicanas presentaron un incremento de 10.1% mientras que las canadienses 6.9%.
“Para mí eso no es de consecuencias, sino al contrario. Los países están empezando a equilibrarse con sus debidas proporciones”, mencionó.
Lo que principalmente envía México al mundo son automóviles, petróleo, computadoras, autopartes, camiones, teléfonos, conductores aislados para electricidad y televisores. Por su parte, Canadá exporta principalmente petróleo, autos, oro, aceites de petróleo excepto crudos, autopartes, gas, madera, medicamentos, turborreactores y aviones.
Con la firma del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), se espera que las exportaciones de México y Canadá se aceleren, ya que después de septiembre de 2018 se puso fin a la incertidumbre sobre las futuras relaciones comerciales trilaterales, indicó la aseguradora de crédito francesa Coface.
“A pesar de este acuerdo, la decisión de Estados Unidos de mantener los aranceles sobre las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) continuará afectando a la metalurgia de Canadá en el 2019, aun cuando el sector se beneficiará de la medida de salvaguardia (control de importaciones) que entró en vigor en octubre del 2018”, pronosticó la aseguradora.
Con información de El Economista