Tras convertirse en el país número 50 que reconoce la Denominación de Origen del Tequila (DOT), Brasil podría ser uno de los 10 principales países que más importan esta bebida mexicana a nivel internacional.
El Consejo Regulador del Tequila (CRT) informó que en este momento el país sudamericano se encuentra en la posición 17 del ranking de países a los que se exporta tequila. La proyección es que para 2020 Brasil vuelva a estar en la posición número 10.
“Tenemos una gran oportunidad de que el tequila logre su crecimiento porque ya tenemos 689,000 litros que se exportaron el año pasado, pero hasta hace algunos años Brasil era parte del top 10”, respondió el director del CRT, Ramón González Figueroa, a El Economista.
Entre 2014 y 2018 las exportaciones de tequila a Brasil cayeron anualmente a razón de doble dígito. Al final del año pasado el país adquirió 689 mil 371 litros de la bebida. “No estaba protegida la Denominación de Origen, e inclusive teníamos distintas barreras no arancelarias que nos pegaban; llámese las especificaciones físico-químicas que nos aplicaron, llámese la presencia de productos parecidos que tuvo como resultado que se cayeran las exportaciones tequileras”, manifestó.
Actualmente Colombia se encuentra en el décimo lugar como destino de exportación de Tequila con un millón 543 mil 646 litros. Cabe resaltar que Brasil en 2011 recibió más de 1.6 millones de litros, por ello podría recuperar este consumo y regresar al Top 10.
Explicó que transcurrieron entre 10 y 11 años para que Brasil reconociera los derechos plenos de la palabra “tequila” a favor de México. “Es una muy buena noticia para toda la cadena agave-tequila porque permitirá que se retomen los niveles de crecimiento que se tenían”, refirió el director del CRT.
A la fecha, solamente nueve empresas exportan a Brasil y únicamente 11 marcas tienen presencia en dicho país. El sector anticipa que buscará impulsar a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) para que se integren al comercio internacional del destilado.
Con información de El Economista