El salario emocional cobra más relevancia como herramienta para retener al personal. Aunque los empleados sean contratados por una buena remuneración, estos deciden quedarse en la organización por las buenas experiencias y emociones que ofrece la empresa.
Durante el marco de la Cumbre de Compensaciones y Beneficios 2019, de la LATAM Businsess School, Julieta Manzano, directora de Nuevos Negocios de Mercer, comentó que la oferta de trabajo ha evolucionado para convertirse en una propuesta de valor que va más allá de remuneración y prestaciones.
Explicó que el salario emocional no es solo dar beneficios adicionales a las prestaciones, sino generar un ambiente laboral o acciones como reconocer sus logros de trabajo.
“Es importante que antes de aplicar estos beneficios, los encargados de Recursos Humanos identifiquen y entiendan los micromundos en su empresa, es decir, las necesidades de cada trabajador”, dijo a El Economista.
Añadió que hasta la marca podría ser salario emocional, porque un empleador podría sentirse orgullo de la empresa en la que trabaja.
“El salario emocional implica hacer un traje a la medida de cada empleado, por eso el término más apropiado es el de un diseño artesanal para cada uno. Cada colaborador apreciará y aprovechará más un beneficio que otro”, mencionó.
Puntualizó que es necesario conocer cómo está compuesta la organización: géneros, generaciones, grados de estudios.
“Una vez entendiendo los perfiles que hay en la empresa, se diseñan productos y la propuesta de valor para ese consumidor, que es el empleado”, comentó Manzano.
Por su parte, el director de la LATAM Business School, Marcelo Natalini, enfatizó que en esta era tecnológica, las empresas deben tener sistemas en los que se puedan ofrecer propuestas de valor en tiempo real. Por ejemplo, un software en el que los empleados puedan elegir entre una gama de beneficios, los que más necesite.
Con información de El Economista